COMPARTIENDO OPINIONES

¿Regalo o carga?

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Se acerca el Día del Niño. A partir de este fin de semana se intensificaran los festejos en su honor. En las escuelas, en los hogares y hasta en las campañas políticas, este día no pasará desapercibido.

El próximo 24 de mayo, se celebrará en Roma la primera Jornada Mundial de la Niñez y ya el Papa dio este mensaje que podría ser para nosotros una reflexión sobre la actualidad de los niños hoy:

“Todos ustedes, niñas y niños, que son la alegría de sus padres y de sus familias, son también la alegría de la humanidad y de la Iglesia, donde cada uno es como un eslabón de una larguísima cadena, que se extiende del pasado al futuro y que cubre toda la tierra. Por eso les aconsejo que escuchen siempre con atención los relatos de los mayores: de sus mamás y de sus papás, de sus abuelos y de sus bisabuelos. Y al mismo tiempo no olviden a cuántos de entre ustedes que, aun siendo tan pequeños, ya están luchando contra enfermedades y dificultades, en el hospital o en su casa, a quienes son víctimas de la guerra y de la violencia, a quienes sufren el hambre y la sed, a quienes viven en la calle, a quienes se ven obligados a ser soldados o a huir como refugiados, separados de sus padres, a quienes no pueden ir a la escuela, a quienes son víctimas de bandas criminales, de las drogas o de otras formas de esclavitud y de abusos. En definitiva, a todos esos niños a los que todavía hoy se les roba la infancia cruelmente. Escúchenlos, o mejor aún, escuchémoslos, porque con su sufrimiento, con los ojos purificados por las lágrimas y con el constante deseo de bien que nace del corazón de quien ha visto verdaderamente qué terrible es el mal, nos hablan de la realidad.

Queridos niños, no podemos llegar a ser felices en solitario, porque la felicidad crece en la medida en que se comparte; pues nace con la gratitud por los dones que hemos recibido y que a su vez compartimos con los demás. Cuando aquello que hemos recibido lo guardamos sólo para nosotros, o incluso hacemos berrinches para conseguir este o aquel regalo, en realidad nos olvidamos de que el don más grande somos nosotros mismos, los unos para los otros; nosotros somos el “regalo de Dios”. Los otros dones sirven, sí, pero en la medida en que nos ayudan a estar juntos; si no los usamos para eso estaremos siempre insatisfechos y nunca nos serán suficientes.

En cambio, si estamos juntos todo es diferente. Piensen en sus amigos; qué hermoso es estar con ellos, en casa, en la escuela, en la parroquia, en todas partes; jugar, cantar, descubrir cosas nuevas, divertirse, todos juntos, sin dejar atrás a nadie. La amistad es hermosísima y sólo crece así, compartiendo y perdonando, con paciencia, valentía, creatividad e imaginación, sin miedo y sin prejuicios.

Queridos amigos, Dios, que nos ama desde siempre, tiene para nosotros la mirada del papá más amoroso y de la mamá más tierna. Él no se olvida nunca de nosotros y cada día nos acompaña y nos renueva con su Espíritu.”

Hasta aquí el mensaje del Papa. En nuestro país ha cambiado mucho el concepto del valor de los hijos, que muchas veces son vistos como “intrusos” que estorban y limitan nuestras vidas. La creciente mentalidad a favor del aborto, son solamente una prueba de ello. También la insensata conducta de jóvenes que, dejándose llevar por las pasiones y la irresponsabilidad, traen hijos al mundo sin estar preparados ni física, ni emocionalmente.

Siempre lo mejor es estar abiertos a la vida, lo cual es tan importante como la responsabilidad. Pero, para conseguirlo, usted tiene la última palabra.

padreleonardo@hotmail.com