Transcurrió la primera semana de campaña en medio de una “tensa calma”, como se había dicho, con ataques de un lado y propuestas del otro, de forma paralela a la contienda federal.
Viéndolo fríamente, para el PRIAN es pésima estrategia hacerse los santos en Nuevo Laredo pretendiendo que no dejaron la ciudad agujereada y en general sin inversión, para que un siguiente gobierno en vez de dar continuidad, tuviera que dedicarse a reparar el desastre de los cinco años de Rivas.
La “estrategia” azul tiene -mayormente- dos fallas, una es cansar a la gente con ataques, pues proyecta desesperación, y la segunda es la falta de congruencia, pues cualquier ciudadano sabe que para tener la lengua larga, la cola debe ser corta, y el PRIAN cree que los neolaredenses no tienen memoria de corto plazo, pues hace apenas tres años estábamos saliendo de la peor etapa de la ciudad, en la que nos dejó Rivas, entre socavones y baches en toda la ciudad.
Su falta de congruencia es tanta, que decidieron arrancar su campaña en Villas de San Miguel, donde Rivas dijo que no saldría de ahí hasta arreglarla toda, y eso fue al comenzar su segundo periodo, es decir, que ya la había dejado hecha queso desde su primer término de dos años, y la dejó en el total olvido por tres más.
Su pretensión es que arreglaran en tres años lo que destruyeron en cinco, eso sin mencionar que siempre será un mayor reto construir que destruir.
Por lo pronto aquí la dejamos, porque nomás de acordarme de las burradas del PRIAN me enojo más, nos leemos la próxima semana en este mismo espacio con su amigo El Reporteronte... del monte, una especie en peligro de extinción.