MI TERAPIA CON ALE

Trastornos de conducta en la infancia

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Escrito en OPINIÓN el

Muchas veces hemos escuchado comentarios acerca de que los niños se “portan mal”, que inclusive se les deja la etiqueta de “groseros, inquietos, mal educados, etc”; todo esto haciendo énfasis a una mala conducta. Ésta es aquella que no cumple con los criterios de una respuesta típica o regulada emocionalmente ante alguna situación.

Los trastornos de conducta van más allá de un “mal comportamiento” y es que los peques que tienen estas alteraciones conductuales pueden ser peques de desarrollo típico o con algún desfase madurativo o una condición de salud como autismo o TDAH.

Los trastornos de conducta se presentan con los siguientes características: son groseros, desafiantes, impulsivos, ansiosos, retadores, poco tolerantes, agresivos, les gusta llevar la contra o no seguir las reglas establecidas, problemas con la autoridad, escapismo, vandalismo. En edades más grandes como la adolescencia comienzan a presentar ausentismo, aislamiento, daños a otras personas u objetos, dicen mentiras, roban, etc.

Éstas alteraciones de la conducta se pueden observar desde una edad temprana, en donde generalmente el bebé tiene episodios de enojo o llanto de manera excesiva y explosiva, son más demandantes y presentan dificultades para seguir las reglas, generalmente su desarrollo físico o intelectual no se ve afectado, todo va más relacionado a la conducta y el respeto de las normas o reglas sociales.

Provienen de dos factores súper importantes, el factor genético/biológicos y el factor ambiental/entorno. Es decir que los problemas de conducta pueden ser adquiridos con forme pasa el tiempo o haber nacido con alguna alteración.

Cómo se trabaja. Este tipo de trastornos se trabajan de forma multidisciplinaria, acompañados de un paido psiquiatra/ neurópediatra y un psicólogo infantil. Quienes puedan observar las conductas y emplear las técnicas adecuadas para reducir las alteraciones y mejorar las habilidades sociales del peque.

El pronóstico de mejora es muy favorable, siempre y cuando se trabaje en terapia lo más pronto posible en caso de detección. Para esto es importante actuar de inmediato en cuanto observes que tu peque presenta alguna alteración en el desarrollo conductual o en la regulación adecuada de sus emociones.