COSAS DE MI PUEBLO

El Día de la Coneja

Escrito en OPINIÓN el

Este domingo, de acuerdo a la tradición judeo- cristiana, celebramos la resurrección de Cristo. Sin embargo, en toda la frontera, festejamos también “el Día de la Coneja”. Durante todo el año, niños jóvenes y adultos, esperamos esta fecha con ansia; la razón es muy simple: es la oportunidad de reunir a toda la familia ampliada, amigos y compadres, y hacer una carne asada, con carne o pollo, o ambos, pero lo importante es la reunión, y si no hay para asar carne, pues llevamos lonches o sándwiches.

Los que tienen rancho, aparte de ir con toda la familia, invitan a infinidad de amigos para que se incorporen al grupo y cargan con infinidad de objetos para organizar juegos, balones de fut, de vóley, equipo de beisbol, cuerdas para saltar o hacer competencias de fuerzas, grupo contra grupo, cada uno jalando un extremo de la cuerda, volver a jugar a la roña, los encantados, organizar carreras de velocidad, incluso a las escondidas; es un poco recuperar la infancia y sus juegos, lo importante es divertirse al máximo, en la forma más sana posible, claro que no puede faltar alguna cervecita para el calor y este domingo va a estar muy caliente.

Algunos puristas de la cultura nos acusan de importar celebraciones y festejos que no son de nuestra tradición, sin embargo, el antropólogo Guillermo Bonfil Batalla, reconoce a este fenómeno social como es el caso del “Día de la Coneja”, como “cultura apropiada” o sea “adueñarnos o hacer propios rasgos culturales ajenos a nuestra cultura y tradición, de alguna manera hacemos lo mismo con el ‘Halloween’, en el que fusionamos con la celebración de Día de Muertos”. En el caso del Día de la Coneja, al apropiarnos de este rasgo, lo reelaboramos y lo convertimos en un festejo que reúne a toda la familia y amistades cercanas.

Además, es la oportunidad de salir a jugar y convivir al aire libre, pues si no tenemos rancho al cual ir, ahí están los parques y plazas públicas, que se llenan a reventar y finalmente cualquier sombra de cualquier árbol es suficiente para tender nuestro tapete y montar nuestro campamento. Lo importante es estar juntos y convivir. De esta forma hemos transformado “El Easter” en el Día de la Coneja, muy a la mexicana, muy a nuestro estilo, en el que la familia es lo más importante y es el centro de todo. Los mexicanos, aparte de que nacemos en donde nos da la gana, todo lo transformamos a nuestra manera, a nuestro estilo, lo adaptamos a nuestra idiosincrasia.

Bueno estimado lector, le deseo que pase un magnífico y esplendido Día de la Coneja en familia, disfrútela, que para eso la inventamos.