Desde hace años que las palomas han hecho su nido en el pueblo, las tres plazas del centro histórico están pletóricas de ellas que, si bien son un bello espectáculo que inspira paz y tranquilidad, por otro lado, son sumamente dañinas por los corrosivo de su excremento. Pero bueno, habrá que tolerarlas y aprender a vivir con ellas. Sin embargo, hay una paloma muy especial que habitó entre nosotros por más de 50 años y de pronto voló hacia el sur, se fue a vivir a la blanca Mérida y ahí formó un nuevo nido.
Durante el tiempo que convivió con nosotros su vuelo recorría toda el área cultural, todos los artistas de las diversas disciplinas la buscaban y siempre era el centro de las tertulias culturales. De esa manera nació una extraordinaria revista totalmente artesanal, CARIÁTIDES.
Elaborada a mano por cada uno de los colaboradores, poetas, escritores, pintores, todos hacían su colaboración en la cantidad de tantos requeridos. Esperaban ansiosos la convocatoria de Paloma para iniciar y nacía un nuevo ejemplar, único en su especie, único en su calidad, único elaborado artesanalmente por cada uno de los colaboradores.
Pero el vuelo de la paloma no se concretaba a organizar y dirigir la revista, se daba tiempo para participar en todas las actividades culturales del pueblo, si había un concierto, ahí llegaba el vuelo de la paloma, si una exposición, si un festival, cualquier evento cultural de música, pintura, literatura, teatro, en todos, siempre aparecía nuestra paloma, con sus bellos y brillantes ojos claros y su eterna sonrisa. Pero voló la paloma, durante un tiempo, no sé si largo o eterno no la volvimos a ver. Las otras palomas, las de las plazas, seguían con su vuelo y revoloteo.
Durante las vacaciones de diciembre me fui a Yucatán, me puse de acuerdo con nuestra Paloma para pasar a saludarla en su nuevo nido, tenía mucha ilusión por volver a verla, a ella, a su esposo y a su hija, ahora ya con un hijo. Una hermosa familia muy unida y amorosa. Abril, nombre de primavera, de flores y pájaros me invitó a pasar la noche de fin de año con su familia, acudimos muy puntuales, Paloma y su esposo el ingeniero Juan Leonardo Sánchez Cuéllar, tuvieron a bien ir con su chofer para recogerme y llevarme a la casa de Abril.
La velada transcurrió muy amena, pura familia, solamente yo de parche mal pegado, pero recibido con gran amabilidad, una cena deliciosa y una plática sabrosa. Hacía mucho tiempo que no pasaba una noche de fin de año que disfrutara tanto. A los pocos días me habla nuevamente Paloma para decirme que pasaría su chofer muy temprano, a las 7:00 de la mañana porque iríamos a Motul. El Presidente de la Republica estaría para designar este año como el año de Felipe Carrillo Puerto (Motul es donde nació Carrillo Puerto). No podíamos perdernos esta magnífica oportunidad de ver a López Obrador.
Lo primero que hicimos llegando a Motul fue ir al mercado a desayunarnos, obligadamente, unos huevos motuleños, los auténticos, en su lugar de origen, una verdadera delicia. Siempre había soñado con algún día comerme una motuleños en Motul y se me concedió.
Como llegamos muy temprano encontramos un buen lugar y muy sentaditos esperamos el momento de la llegada de nuestro presidente. Paloma es igual de chaira que yo, coincidimos en ideas y pensamiento, ambos queremos y respetamos a López Obrador y entendemos su política de por el bien de todos, primero los pobres. Y aprobamos todas sus medidas.
En otra ocasión, el ingeniero Juan Leonardo nos llevó a comer a Puerto Progreso, nos pasamos un día envidiable, comiendo plácidamente frente al mar, perfumado con un buen mezcal. No fue la única vez que me invitaran a comer, también fuimos a un restaurante muy sofisticado y elegante a comer auténtica comida yucateca rociado con un vinito tinto de primera.
La verdad no tengo palabras para expresar mi agradecimiento por tantas atenciones tan inmerecidas, fueron días realmente felices, no solo por la belleza de Mérida, sino con mayor razón por las atenciones y cariño de Paloma y su familia.
Bueno queridos lectores, esta es parte de la historia de una Paloma que volando cambió de nido y ahora nos escribe desde el nuevo nido de la paloma, y sus escritos nos llegan a este que es nuestro periódico.