En México cerramos el 2024 con un panorama dinámico en nuestro comercio exterior, marcado por el notable crecimiento en las exportaciones no petroleras, un entorno global competitivo y algunos retos estructurales por superar. Según datos revisados del comercio exterior, en octubre de 2024 el país registró un superávit comercial de 371 millones de dólares, en contraste con el déficit de 579 millones de septiembre. Este cambio se explica por una ampliación en el superávit de la balanza de productos no petroleros y una disminución en el déficit de los productos petroleros.
Durante el periodo de enero a octubre de 2024, el valor acumulado de las exportaciones totales alcanzó los 513 mil 388 millones de dólares, reflejando un crecimiento del 4% en comparación con 2023. Las exportaciones no petroleras, que representan el 95% de este total, crecieron un 5.2%, mientras que las petroleras sufrieron una contracción del 15.2%.
El sector manufacturero lideró este crecimiento, con un incremento del 13.2% en octubre, impulsado por alzas en maquinaria y equipo industrial (43%), productos minerometalúrgicos (25.6%) y equipo profesional y científico (19.7%), de equipos y aparatos eléctricos y electrónicos (13.7%) y de productos automotrices (6.1%). A su vez, el aumento anual de las exportaciones de productos automotrices fue resultado de incrementos de 7.2% en las ventas canalizadas a Estados Unidos y de 0.4% en las dirigidas a otros mercados.
El valor de las exportaciones agropecuarias y pesqueras en el décimo mes del año en curso fue de 1,709 millones de dólares, monto que implicó un crecimiento anual de 3.1%. Las expansiones más importantes se registraron en las exportaciones de cítricos (33.9%), de aguacates (17.0%), de pimiento (11.4%) y de frutas y frutos comestibles (6.5%). En contraste, las contracciones anuales más relevantes se presentaron en las exportaciones de ganado vacuno (-15.5%) y de legumbres y hortalizas frescas (-9.9%).
Estas cifras destacan la diversificación de los sectores productivos y la creciente competitividad de México en mercados globales. El comercio con el resto del mundo, aunque menor en volumen, mostró un desempeño destacable, con un crecimiento anual del 11.6% en exportaciones no petroleras.
Por su parte, el valor de las importaciones de mercancías en octubre de 2024 fue de 57 mil 300 millones de dólares, lo que representó un aumento anual de 9.7%. Las importaciones de bienes de consumo fueron de 8 mil 242 millones de dólares, cifra que se tradujo en un incremento anual del 3.1%.
El valor acumulado de las importaciones totales en los primeros diez meses de 2024 fue de 524 mil 34 millones de dólares, monto mayor en 4.0% al observado en igual lapso de 2023. En su interior, las importaciones no petroleras se expandieron a una tasa anual de 7.3%, en tanto que las petroleras retrocedieron en 28.9%.
La estructura del valor de las importaciones en el periodo enero-octubre de 2024 fue la siguiente: bienes de uso intermedio, 75.7%; bienes de consumo, 14.5%; y bienes de capital, 9.8%.
La tendencia global hacia la relocalización de cadenas de suministro, posiciona a México como un destino atractivo para la inversión extranjera, especialmente en sectores como la manufactura avanzada y la tecnología.
La cercanía geográfica con Estados Unidos, los costos competitivos y la red de tratados comerciales son factores que favorecen esta transición.
El comercio exterior mexicano se encuentra en un punto de inflexión. Los avances en las exportaciones no petroleras, impulsados por la manufactura y la diversificación de productos, son alentadores. Sin embargo, los retos en infraestructura, sostenibilidad y diversificación de mercados exigen soluciones estratégicas y una colaboración estrecha entre el sector público y privado.
Con una planificación adecuada, 2025 puede ser un año clave para consolidar a México como un actor global competitivo en el comercio exterior. El nearshoring, las tecnologías disruptivas y la apertura a nuevos mercados serán pilares para alcanzar este objetivo, incluso con las amenazas de Donald Trump.
Asimismo, los exportadores mexicanos deben estar preparados para adaptarse a un entorno comercial cada vez más exigente y cambiante, mientras las autoridades fomentan con la iniciativa privada el que cada vez sean más las pymes que participen en los mercados globales de valor.