Esta semana nos preguntaban si el Buen Fin representaba una verdadera competencia para el Black Friday y, aunque es difícil decir que sí de manera general, la realidad es que logra su objetivo de mantener cautivo un ingreso que en otras circunstancias se estaría fugando a Estados Unidos.
Más allá de una opinión, hemos constatado con los neolaredenses su dinámica en la toma de decisiones financieras, concretamente en el tema de las compras de noviembre, en las que los ciudadanos, sin necesidad de acudir a las tiendas en el lado norteamericano, aunque algunos sí optan por ir en persona, la mayoría busca desde sus celulares los precios y con frecuencia en artículos como televisiones o más bien pantallas y algunos otros electrodomésticos, llegan a la conclusión de que no existe tanta diferencia.
A la hora de decidir, obviamente influye la marca, la variación del precio y las posibles dificultades para cruzar el aparato desde el lado americano y la siempre latente probabilidad de que pueda tocar revisión en la garita mexicana.
Quienes terminan decidiéndose por adquirir su producto en Nuevo Laredo o cualquier otra parte de México, se ven con frecuencia seducidos por otro factor: las facilidades de pago, que obviamente son más atractivas cuando estás en tu país.
Claro, este Viernes Negro -Black Friday- veremos largas filas en los puentes internacionales, tanto de foráneos como locales, pues muchos tendrán en mente algunas compras muy específicas que seguramente ya compararon con sus similares en México, mientras que otro segmento simplemente irá a curiosear, en caso de que se topen alguna oferta interesante.
En todos los casos, le tenemos que insistir que sea responsable con sus gastos por su propio bien, pero que si está en condiciones de apoyar a la economía en ambos lados al obtener algo que quiere y puede pagar, adelante, hará un gran bien.