Hoy es el último día de votaciones anticipadas en Laredo y el resto de Estados Unidos, que se enfilan a la recta final de esa elección que una vez más ha puesto a todo un país y al resto del mundo mordiéndose las uñas por las implicaciones que se dice, tendría la llegada de Kamala Harris o el regreso de Donald Trump a la presidencia estadounidense.
Con ciertas similitudes a las elecciones en México, pero no del todo igual, claro; Kamala representa una especie de continuidad al gobierno actual, además de que si resulta favorecida con el voto, sería la primera mujer en ocupar el cargo más alto en Estados Unidos.
Mientras tanto, el regreso de Donald Trump tendría también una serie de contrastes, pues si bien es un tanto radical en sus declaraciones, especialmente en el tema migratorio, su primera administración nos recuerda que una vez en el cargo, si bien mantiene su discurso que resuena en sus bases electorales, sus acciones no suelen ser -o al menos no lo fueron- tan radicales o contundentes.
Un claro ejemplo de esto es el muro, que en su momento fue la constante de las noticias y, si bien sí se materializaron algunas millas de esa promesa, en proporción no abarcó todo lo que se había dicho, además de que tampoco sostuvo conflictos con sus homólogos en México, como se creía, ni siquiera con los eternos némesis de Estados Unidos, como Rusia y Corea del Norte, pues mantuvo una relación extrañamente cordial con sus mandatarios y no derivó en nuevos conflictos bélicos.
A este punto ambos candidatos parecieran tener una mitad del país; sin embargo, por la mecánica del sistema electoral estadounidense, esto podría ser cardiaco hasta el último minuto del súper martes, en el que ya sea por la noche o madrugada para amanecer miércoles, estaría saliendo el humo blanco, claro, si es que el margen es suficiente y las controversias pocas.
Para muchos votantes la decisión es difícil y, es que ambos representan -cada quien-, un discurso distinto que le apuntan a diversos segmentos de la población.