En estos momentos marcados por el reacomodo del comercio global y las tensiones geopolíticas y la guerra presente y porvenir, la cooperación entre organismos internacionales se vuelve crucial para el desarrollo de los países y la generación de prosperidad para nuestros pueblos. Dos instituciones fundamentales en el comercio y la logística, la Organización Mundial del Comercio, OMC y la Organización Mundial de Aduanas, OMA, han demostrado por décadas una relación colaborativa única que responde a la necesidad de un comercio más eficiente, seguro y sostenible en el marco de desafíos que van desde la digitalización hasta la sostenibilidad.
Angela Ellard, directora general adjunta de la OMC, destacó en su discurso, durante la última sesión del Comité Técnico Permanente de la OMA, celebrada el 23 de octubre en Bruselas, la larga trayectoria de trabajo conjunto entre la OMC y la OMA, una relación que data de 1995. A partir de ese año, la OMA comenzó a albergar dos comités técnicos que nacieron de acuerdos de la OMC: el Comité Técnico sobre Valoración Aduanera y el Comité Técnico sobre Reglas de Origen. Ambos han sido piedras angulares de la colaboración, permitiendo que los marcos legales de la OMC se apliquen de manera eficaz en el contexto real del comercio internacional.
En un escenario de desglobalización, donde los países buscan proteger sus economías y cadenas de suministro, la colaboración entre la OMC y la OMA ofrece una base técnica y regulatoria sólida para facilitar el comercio. Uno de los mayores logros en esta cooperación es la nomenclatura del Sistema Armonizado, que se ha convertido en el lenguaje del comercio global. Este sistema unifica los criterios de clasificación de productos, permitiendo que los intercambios entre los miembros de la OMC se basen en un lenguaje común, necesario para las negociaciones, el monitoreo comercial y la resolución de disputas.
Uno de los temas más relevantes en la colaboración OMC-OMA es la digitalización del comercio. El crecimiento acelerado del comercio electrónico exige una actualización de los procedimientos aduaneros. Según Ellard, la OMA ha sido fundamental en las discusiones sobre políticas de comercio digital en la OMC, compartiendo sus conocimientos y herramientas para un comercio electrónico transfronterizo más ágil y seguro. En el marco de la iniciativa sobre comercio electrónico, la OMC ha incorporado el modelo de datos de la OMA en sus debates, especialmente en la provisión de “ventanillas únicas” que agilizan los procesos digitales de aduanas.
La digitalización en el comercio permite que las operaciones se lleven a cabo en tiempo real, lo que mejora la transparencia y disminuye la posibilidad de fraudes. Sin embargo, su implementación a nivel global presenta desafíos, especialmente en países en vías de desarrollo. En este contexto, la colaboración entre la OMC y la OMA es esencial para compartir mejores prácticas y estándares, así como para ayudar a las naciones menos avanzadas en su transición digital, asegurando que el comercio global sea inclusivo y equitativo.
Durante la pandemia de covid-19, la OMA mostró cómo las aduanas pueden desempeñar un papel crítico en la continuidad de las cadenas de suministro, incluso en tiempos de crisis. La organización desarrolló una definición de “Resiliencia Aduana-Industria,” lo que permite una respuesta rápida ante interrupciones y restaura el flujo de bienes esenciales. Esta experiencia ha sido útil para la OMC, donde se promueven políticas de resiliencia comercial basadas en la experiencia aduanera para evitar futuros colapsos logísticos.
La necesidad de cadenas de suministro resilientes y seguras es otro factor que influye en el reacomodo geopolítico. A medida que las naciones buscan reducir su dependencia de ciertos países y asegurar su autosuficiencia, la colaboración entre la OMA y la OMC proporciona un marco flexible que facilita el intercambio, sin sacrificar la seguridad y la estabilidad de las cadenas de suministro.
Asimismo, la OMC y la OMA también han hecho esfuerzos significativos para integrar a las pequeñas y medianas empresas en el comercio global. Mediante un compendio de medidas para Operadores Económicos Autorizados enfocado en las PYMES, ambas organizaciones han creado directrices que permiten a las pequeñas empresas tener una participación más activa en el comercio internacional. Esta iniciativa fomenta la inclusión de las PYMES, especialmente en economías en desarrollo, al facilitar el cumplimiento de normativas aduaneras y abrirles oportunidades en mercados globales.
Por ello, ante estos desafíos, la OMC y la OMA buscan fortalecer su cooperación mediante un Memorando de Entendimiento que formalice esta relación y fomente proyectos conjuntos en áreas como clasificación de productos, valoración aduanera y comercio digital. Este acuerdo reconoce la complejidad del comercio actual, en el que las aduanas desempeñan un rol central en la gestión del comercio, y la importancia de alinearse en temas de seguridad, transparencia y sostenibilidad.
La relación simbiótica entre la OMC y la OMA se convierte en un pilar del comercio global en momentos de inestabilidad y cambio como los que hoy enfrentamos ante la elección en los Estados Unidos, la revisión del TMEC, la guerra comercial con China, las guerras en Ucrania y Oriente Medio. Así, a través de estándares técnicos, digitalización y sostenibilidad, ambas organizaciones demuestran cómo la colaboración internacional puede enfrentar los desafíos de un mundo en transformación a través del comercio exterior.
EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR
@ignaquiz