Este fin de semana nos dimos a la tarea de realizar una encuesta para conocer dos aspectos importantes del deficiente servicio de recolección de basura, uno de esos es la frecuencia de paso que debía restablecerse y en segunda instancia, cómo ve la ciudadanía a los trabajadores de esa empresa.
Quedó claro con ese ejercicio que a la empresa la ven mal por su deficiente servicio y a los trabajadores los estiman por su esfuerzo a pesar de las malas condiciones en las que laboran.
Aquí no hay vuelta de hoja y hay más de un centenar de comentarios que dan forma a esa percepción masiva, en la que más de la mitad señala que la frecuencia de paso no se ha restablecido a pesar de que el 10 de octubre la empresa señalaba que se normalizaría a la brevedad, aunque de manera paulatina, pero hasta ayer esto no había ocurrido.
En cuanto a los trabajadores, la mayoría señaló que aunque estos últimos no lo solicitan, muchos ciudadanos otorgan alguna propina ocasionalmente, además de que en fechas especiales, también comparten algunos alimentos con ellos, como en Día de Acción de Gracias, Navidad o la Candelaria, todo esto porque entienden la importancia de su labor y las dificultades que pasan para cumplirla.
El tema de las condiciones de los trabajadores se fue convirtiendo en un aspecto importante de la conversación ciudadana, pues de manera muy orgánica o natural, muchos comentarios señalaban que desde el salario, hasta las unidades, uniformes y otros aspectos esenciales para dignificar su labor, han estado siempre ausentes, por lo que Veolia -antes Setasa- fue un tanto vapuleada por la opinión pública, pues básicamente esta relación de tres décadas con Nuevo Laredo nunca fue del todo buena.
Hay que recordar que los problemas de frecuencia en la recolección de servicio no son nuevos y que incluso se registraron episodios críticos como la huelga de los trabajadores y otros momentos que los neolaredenses no olvidan y que han forjado la mala reputación de la empresa.