Un 24 de octubre, pero de 1914, nació Jonas Salk, el hombre que cambiaría la historia de la humanidad al inventar la primera vacuna efectiva contra la polio. Cuando su vacuna fue introducida a los Estados Unidos en los años cincuenta, las encuestas y estadísticas mostraban que la polio era una de las dos preocupaciones más grandes de la humanidad, después del terror a la guerra nuclear, por una gran razón: En el año de 1952 la epidemia arrojó 58 mil casos reportados, con más de 3 mil muertes y casi 22 mil ocurrencias de parálisis permanente.
En resumen, globalmente en esa época, la polio incapacitó o mató a más de ¡medio millón de personas anualmente! Para la mayoría de los nacidos durante la década de los cincuenta, en sus memorias existe el triste recuerdo de compañeros o familiares estudiando en Kínder, primaria o secundaria, afectados por la terrible enfermedad, utilizando ruidosos y lastimosos fierros en sus piernitas.
Tan pronto como la vacuna contra fue creada por Salk, su colega Albert Sabin, desarrolló una versión oral de la misma, mucho más barata y fácil de administrar, lo que permitió la inmunización rápida y sin dolor de un gran número de niños.
En 1985, se inició por parte de Rotary International el ambicioso e importantísimo programa a nivel mundial denominado Polio Plus, cuyo principal objetivo era -y sigue siendo- el de inmunizar contra la terrible polio a todos los niños del mundo menores de 5 años. Gracias al exitoso programa de los Rotarios del mundo, en 1988 y con la votación unánime de los 166 miembros de la World Health Assembly, dicho organismo internacional adoptó una Resolución General para erradicar la polio de la faz de la tierra.
Así, desde que Rotary International inició su cruzada contra la polio, honrosa y orgullosamente bajo la dirección y supervisión del desaparecido doctor que se decía tamaulipeco, Carlos Canseco - entonces presidente de Rotary International- ha habido una reducción de casi el 100 por ciento de los casos de la enfermedad causada por el poliovirus salvaje, se han vacunado más de 3 mil millones de niños, dando como resultado que 125 países donde la polio era endémica se redujeron a dos —Afganistán y Pakistán— y últimamente en Gaza, con el virus contenido en unos pocos distritos y provincias, pero incluso un solo caso sigue representando el riesgo de que la vida de un niño cambie para siempre por la polio.
Es por eso que los socios de Rotary deben ser tenaces y cumplir la promesa de no detenerse hasta que se tenga la certeza que ningún niño volverá a sufrir los efectos paralizantes de la polio.
Es por eso que Rotary International ha designado este mes de octubre como el Mundial de la Polio, en conmemoración al nacimiento hace ciento diez años, de ese gran hombre llamado Jonas Salk, cuyo legado, junto con el de Albert Sabin, han salvado la vida a miles de millones de personas.
Es importante resaltar que Rotary International no sólo se ha limitado a canalizar los recursos millonarios a su proyecto Polio Plus, sino que su casi millón y medio de socios rotarios en el mundo, dedican su tiempo, esfuerzo y dinero para aplicar personalmente las dosis de vacunas contra la polio a los niños de cada uno de sus países, a su propio riesgo y cuenta.
Hasta pronto.
Fuente: Rotary.org