PASADIZO SECRETO

Colisiones en motocicletas provocan temprana invalidez en jóvenes

Escrito en OPINIÓN el

Los percances viales ocurridos en esta ciudad de Nuevo Laredo, en los que participa una motocicleta, el conductor e incluso el acompañante de esta son los que lógicamente llevan la peor parte, al constatarse que dichas colisiones en motocicletas provocan temprana invalidez en jóvenes.

El Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI) el cual tiene su sede en Toluca, Estado de México detectó que el 70 por ciento de las colisiones en motocicleta son frontales, lo anterior se determinó con base en un estudio en diferentes tipos de motocicletas, como las llamadas chopper, de trabajo, deportivas, scooter o utilizadas como de doble propósito y que formaron parte de un siniestro.

Se fundamentó en la repetición de las refacciones de colisión en los que el más común era la pieza llamada manubrio con un 58.97 por ciento de frecuencia de sustitución.

Los resultados fueron tomados con base en la incidencia de reclamos de las compañías de seguros a nivel nacional en un periodo de tres meses, en el que se agrega además que, en la mayoría de los casos los conductores de las motocicletas son los que dan el impacto y aún no sean responsables.

Según estadísticas del Inegi en la República Mexicana existen más de un millón de motocicletas, por lo que de igual forma han incrementado los accidentes en los que participan este tipo de unidades, así 36 mil colisiones anuales es lo que se tiene actualmente documentado.

Este fenómeno se está dando debido al alto incremento en actividades que van desde la mensajería hasta la entrega de un producto u ofrecimiento de un servicio, al ser este vehículo de dos ruedas más económico que un carro, de mejor y ágil desplazamiento, sobre todo en avenidas de tráfico pesado.

Mas sin embargo, este interesante estudio del CESVI tiene claros propósitos, conocer en si la sustitución repetitiva de las piezas de colisión, su existencia en el mercado, en consecuencia los tiempos de reparación y entrega al propietario, dejando a un lado algo mucho más importante y que no se consideró en este asunto, como es la seguridad del conductor.

El crear, idear o sugerir mecanismos apropiados o necesarios para evitarle lesiones más graves o la misma muerte al conductor, al saber que la mayoría de las compañías de seguros excluyen de las pólizas que amparan este tipo de unidades la cobertura de gastos médicos al o los ocupantes por considerarlas de “alto riesgo” debería ser un importante tema de estudio y análisis.

Así el impactar nuevamente los diferentes tipos de motociclistas con los maniquís apropiados para esos casos, o recrear virtualmente uno o varios tipos de colisión y determinar a qué velocidad y grado de lesión está expuesto el conductor de dichas unidades sería ideal.

Proponer mecanismos de seguridad a las armadoras para ir modificando estos “errores” o altos riesgos en la conducción de las motocicletas, es fundamental al igual para todo particular, quitarles velocidad sería un punto importante.

Pues y por lo que se está viendo, dicho incremento de este tipo de unidades, para distintas actividades laborales, están llevando a muchos de esos jóvenes conductores de motocicletas a truncar su vida en todos los aspectos, esto al provocarles una simple colisión, esa, en ocasiones irreversible invalidez.

Al saberse que las lesiones en brazos, piernas, cadera son los de mayor incidencia al salir despedidos con la probabilidad que se golpeen la cabeza, una probable fractura de mayor preocupación, daños en la columna vertebral o la misma muerte.

Cierto, los jóvenes están deseosos de ser parte de la vida laboral, pero en ocasiones no miden las consecuencias, los riesgos que implica este tipo de actividad, llevando de una forma, por decirlo así, despreocupada de su trabajo.

Pero cuando se enfrentan a una situación en donde son “víctimas”, por decir así, de un desigual impacto vehicular, es cuando se analiza el riesgo que se tenía a cada segundo a bordo de dicha unidad, pero en ocasiones ya se es demasiado tarde para revertir el daño físico en su cuerpo, daños que se trasmiten al sufrimiento familiar.

Ojalá que al menos en esta ciudad de Nuevo Laredo, la forma desafiante y por demás temeraria del motociclista al desplazarse cambie, por lo mismo no se arriesgue a tomar a la ligera las distintas vialidades, así y por igual el propio conductor de vehículos motrices de cuatro ruedas, respete su derecho de paso, al saberse que forman ya parte de esa tan necesaria y reciproca cultura vial, hoy aún tan escasa en esta frontera.