Los posibles efectos a nivel local de lo que pudiera ser una nueva oleada migratoria en el marco del fin del Título 42, tiene a todo mundo especulando; sin embargo, aunque no estamos exentos, hay que recordar que esta frontera en particular está en una clasificación distinta, al menos por ahora, en cuanto al procesamiento de migrantes.
Estamos ya al margen del inicio de esta nueva etapa o capítulo en cuestión migratoria, y de entrada algunos estiman que el verdadero flujo se vería en otras fronteras como Reynosa, Matamoros -en el caso de Tamaulipas- y en Ciudad Juárez y Tijuana en el caso del extremo norte y noroeste, así como sus municipios intermedios como Acuña.
Hasta ahora, aunque sólo se trata de especulaciones, hay algunos aspectos a considerar, pues por un lado el congresista Henry Cuéllar asegura que no habrá migrantes vagando por las calles de Laredo, pues los que sean procesados en territorio estadounidense, serían movidos en autobuses a otras ubicaciones; sin embargo, hay que resaltar que éstos serían los que de alguna manera los dejen entrar a Estados Unidos, pero antes de eso, los que no sean aceptados, a los que eventualmente les rechacen su solicitud de asilo, más los que vayan llegando, podrían configurar en ciertos momentos un numeroso segmento en esta y otras fronteras.
Tal vez se está haciendo más escándalo del que debería; sin embargo, hay que dar el beneficio de la duda, pues hay suficientes antecedentes en la historia reciente de ambos Laredos, como para considerar que ese escenario pueda replicarse en la ciudad.