ARTÍCULO

Cinco de mayo binacional

Escrito en OPINIÓN el

La Batalla de Puebla efectuada el 5 de mayo de 1862 en el área de los fuertes de Loreto y Guadalupe, es la batalla más memorable en la historia de México. Ese día lluvioso, comandado por el General Ignacio Zaragoza, un ejército mexicano menor en tamaño y pobremente armado, derrotó al ejército francés, que era uno de los más poderosos y mejor equipados del mundo en esos momentos.

La Batalla de Puebla ocurrió justo cuando Estados Unidos peleaba su guerra civil. La supervivencia de la Unión bajo un modelo democrático republicano que defendía el presidente Abraham Lincoln, con los valores de igualdad, libertad y democracia, estaba amenazada por las victorias del Ejército Confederado del Norte de Virginia que comandaba el general Robert E. Lee. Por eso la noticia del triunfo del ejército mexicano sobre los franceses, causó un impacto muy positivo especialmente en California, un estado sureño, con modo de vida diferente al de los estados confederados. Eso explica que las primeras celebraciones del 5 de Mayo en EU se llevaran a cabo en California.

Los habitantes de California que no eran esclavistas sino de origen hispano-mexicano, realizaron colectas para apoyar la resistencia juarista. Por eso, en 1863 en el área de Los Ángeles, se llevó a cabo el festejo del primer aniversario de la Batalla de Puebla.

Los Estados Confederados con Jefferson Davis como presidente, buscaban abandonar la Unión para mantener su modo de vida esclavista. Contaban con la simpatía de las monarquías europeas que veían en el modelo democrático republicano de Estados Unidos y su rápida expansión, una amenaza a la supervivencia de la monarquía como forma de gobierno.

En sus memorias, el general Philip Sheridan afirma que el general Ulises Grant estaba convencido de la estrecha relación entre la invasión francesa a México y el intento de secesión del sur esclavista que llevó a la guerra civil estadounidense.  

El general Sheridan escribió que el general Ulises Grant “veía la invasión de México por Maximiliano como parte de la rebelión en sí misma, debido al estímulo que la invasión había recibido de la Confederación, y que nuestro éxito en sofocar la secesión nunca sería completo hasta que los invasores franceses y austriacos se vieran obligados a abandonar el territorio de nuestra república hermana”. Esta reflexión del general Grant es una evidencia histórica de la estrecha relación entre la invasión francesa a México y la Guerra Civil en Estados Unidos.

A pesar de la existencia de la Doctrina Monroe que consideraba cualquier intervención europea en el Continente Americano como un acto hostil hacia Estados Unidos, México no recibió apoyo militar estadounidense porque el alto mando civil en Washington temía que cualquier apoyo a México provocara una guerra con Francia.

En mayo de 1865 cuando la Guerra Civil había concluido y México estaba ocupado todavía por las tropas francesas que sostenían al Emperador Maximiliano de Habsburgo contra la resistencia mexicana encabezada por Benito Juárez, el general Ulises Grant mandó al general Philip Sheridan a ocupar los márgenes del río Bravo no sólo para evitar que los esclavistas huyeran hacia México y se unieran a Maximiliano, sino porque temía que los soldados franceses apoyaran desde México al sur ya derrotado.

El general Sheridan también menciona en sus memorias que, en su patrullaje de la frontera con Matamoros, dejó armas a la orilla del río Bravo para que fueran encontradas fácilmente por las fuerzas juaristas comandadas por el general Mariano Escobedo. De esa forma, evitaba provocar algún incidente que iniciara una guerra de Estados Unidos con Francia.

La Segunda Intervención Francesa en México que inició con la Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862, habría de extenderse hasta el 19 de junio de 1867, fecha en que el Emperador Maximiliano fue pasado por las armas junto a sus lugartenientes mexicanos, los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía. La decisión del presidente Benito Juárez de fusilar a Maximiliano de Habsburgo conforme a la sentencia del Consejo de Guerra que lo juzgó, a pesar de todas las peticiones europeas de indulto, fue una clara advertencia de la suerte que corren los invasores del territorio mexicano cuando son capturados.   

Expulsadas las tropas francesas de territorio mexicano, el presidente Juárez restauró la República como forma de gobierno de México, dejando atrás los cinco años de vida del Segundo Imperio Mexicano apoyado por las tropas de Francia.

En conclusión, mientras los estadounidenses vivían su guerra civil, fueron los mexicanos quienes defendieron los valores comunes de independencia, libertad, igualdad y democracia; fueron los mexicanos quienes detuvieron a las tropas invasoras de Francia en Puebla; fueron los mexicanos quienes, en condiciones muy desfavorables, pelearon en guerras de guerrillas cinco años contra los invasores europeos hasta derrotarlos y recuperar el control del país.  

Por eso, ahora que se alzan voces conservadoras pidiendo el envío de tropas estadounidenses a México para combatir a los cárteles de droga, desde Laredo les recordamos que la amistad y la cooperación entre los gobiernos de Estados Unidos y México no se traiciona. La integración de las economías de América del Norte es irreversible, porque está cimentada en el respeto a la soberanía del otro y porque busca el bienestar común de nuestros pueblos. México es, de acuerdo a los indicadores de febrero de 2023, el primer socio comercial de Estados Unidos y Laredo el puerto comercial más importante del país.

El 5 de Mayo es el símbolo de la lucha contra la invasión de las monarquías europeas que trataron de destruir nuestra forma de vida y nuestro gobierno republicano de tres poderes. Por eso, al defender los valores de independencia, libertad, igualdad y democracia, México y Estados Unidos reivindican su modo de vida y su forma de gobierno.

Con el paso de los años y la llegada masiva de mexicanos a Estados Unidos, la celebración del 5 de Mayo se convirtió en lo que es en la actualidad, una fiesta binacional de largo alcance.

* Cónsul General de México en Laredo, Texas.