El tramo La Gloria, de la carretera Monterrey-Laredo, registró ayer otro incremento que sorprendió a los automovilistas y operadores de tractocamión, al pasar de 120 a 130 pesos para los autos y 215 a 231 para el transporte de carga.
Hay que recordar que esta obra representa un resentimiento muy particular de los neolaredenses, pues aún está fresco el recuerdo de aquella declaración que hizo Yahleel Abdala siendo diputada federal del PRI (antes de que se cambiara repentinamente al PAN para contender por la alcaldía que perdió), dijo que la concesión de la carretera no cambiaría o restaría lo que ya teníamos, algunos confiaron en su palabra y al final resultaron enojados.
A nadie se le olvida aún que los 50 kilómetros fueron siempre gratuitos con dos cuerpos e igual número de carriles, para cada sentido, pero al final resultó que “dieron gato por liebre”, pues la vía libre que estaban obligados a realizar para obtener la concesión de cobro, la hicieron de un solo cuerpo y con una carpeta asfáltica tan delgada o incluso más que una calle, además de estrecha en sus dimensiones, que al final han derivado en constantes y muy fuertes accidentes frontales, muchos de los cuales han tenido un desenlace mortal.
Hoy la ciudad, tanto gobierno como organismos de la sociedad civil, mantiene un pie de lucha en cuanto a los recursos legales interpuestos para revertir la concesión y por ende el cobro de peaje que ha sido un constante golpe al bolsillo de los neolaredenses, que se vuelve más lesivo con cada incremento.
Solamente entre julio del 2020 -que comenzó a operar- y ayer, el peaje para autos ha aumentado 21 pesos al pasar de 109 pesos en su arranque a 130 el martes, tomando de nuevo por sorpresa a los usuarios que debieron desembolsar una cantidad adicional de ida y de regreso, pues esto también se aplica a la otra caseta, que se trata de una eterna concesión que se ha ido extendiendo 10 años en cada ocasión y que seguramente terminará por renovarse una y otra vez.