EN VOZ ALTA

El Cártel de Calderón

Escrito en OPINIÓN el

Pues para sorpresa de propios y extraños las paupérrimas pruebas presentadas por la fiscalía del condado Este de Brooklyn fueron más que suficientes para que el jurado conformado por seis ciudadanos y seis ciudadanas norteamericanos encontraran culpable a Genaro García Luna de los cinco cargos por los que se le juzgaba. Una vez declarado el veredicto que lo incrimina como culpable de Conspiración para la distribución internacional de cocaína, Conspiración para la distribución y posesión internacional de cocaína, Conspiración para importación internacional de cocaína, Declaraciones falsas para solicitar la ciudadanía estadounidense en 2018, y la Participación continua en la organización criminal ‘El Cártel de Sinaloa’, banda a la que brindó protección, lo que sigue es esperar para que el 27 de junio el juez Brian Cogan le dicte la sentencia que a su juicio amerite, que puede ir de los 20 años hasta la cadena perpetua por cada uno de los cargos a que se ha hecho acreedor, exceptuando sólo uno, pudiendo ser estas acumulativas, por supuesto.

Mientras esto sucede, acá en México los ánimos están caldeados en demasía y encontrados los sentimientos ya que por un lado, queda un agridulce sabor de boca en cuanto a la incompetencia de la justicia mexicana que no sólo no es procurada, sino que es evidentemente inoperante e incompetente, y por el otro, se confirma, después de tantos años perdidos, miles de millones de pesos robados, y de cientos de miles de vidas sacrificadas, que no sólo traicionó este animal de García Luna a México, como lo tienen que decir los fiscales gringos y que ni así les caiga el veinte a la gente estúpida que lo sigue defendiendo, sino que queda confirmado el contubernio que existió durante todos los malos gobiernos corruptos neoliberales emanados del PRIAN, en los que este tipo de amasiatos entre servidores públicos, a quienes se les brindaba la confianza por una parte inepta de la población para que se les protegiera de la delincuencia, y los narcotraficantes, que al final resultaron ser lo mismo, y que son los mismos que hoy manifiestan pública y desesperadamente un inverosímil deslinde con tal de regresar al poder para seguir delinquiendo de la mano del crimen organizado.

Muy pocos levantamos la voz en su momento sobre lo que muchos sabían, uno que otro despistado aplaudía, pero la gran mayoría callaba. De hecho, recuerdo con gran orgullo y admiración una entrega valiente -como todas-, de mi Señor padre, en la que denunciaba en su columna dominical “Zona Crítica”, a mitad del sexenio del tristemente célebre Felipe Calderón, la conexión perversa que existía entre éste, García Luna, y el Cártel de Sinaloa; pero no sólo eso, sino que advertía atinadamente, como en la gran mayoría de sus hipótesis, una simulación en la guerra fratricida declarada por Calderón con el objetivo doble de, por un lado, intentar legitimarse en el poder asaltado de manera espuria, y por el otro, no menos importante, y más que trascendente, debido al sentido que hoy recobra de, no sólo estar, total y completamente enterado de todos y cada uno de los pactos de su secretario y brazo derecho con la delincuencia organizada, sino de que era él personalmente quien ordenaba e instruía como parte de su estrategia los acuerdos de protección criminal a cambio de dinero, sólo explicándose así las represalias contra quienes le advirtieron en su momento de los pasos del súper policía, lo que le valió a mi padre la publicación, al día siguiente, de una extensa e iracunda opinión editorial (sin firma y en primera plana) condenando de “desafortunadas, lamentables e infundadas” dichas denuncias.

ADENDUM

Así las cosas, existe una conexión indisoluble que evidencia la relación intrínseca entre la derecha conservadora hipócrita y corrupta, hoy encabezada por el magnate Claudio X. González, y el viejo régimen oligárquico del PRIAN, quienes engendraron, prohijaron y encumbraron no sólo al súper policía analista del CICEN con Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, para después en el sexenio del traidor a la democracia de Fox no sólo crearle la Agencia Federal de Investigación a su antojo y nombrarlo su flamante director, sino como premio a su ignominia designarlo a petición del Cártel del Pacífico, secretario de Seguridad Publica, por el prófugo narco presidente de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, convirtiéndolo no sólo en su brazo derecho y hombre de todas sus confianzas, sino encomendándole la envalentonada e inhumana tarea de “matarlos en caliente”, refiriéndose a todo aquel que pareciera ser un delincuente, con la excepción de los narcotraficantes del Cártel de Sinaloa, a los que, de manera burda, descarada, desvergonzada ilegal e inmoral encumbrara y protegiera en lugar de proteger, en acato con el mandato constitucional, a todos sus gobernados, incluidos los militares y marinos que perdieron la vida en el cumplimiento de su deber y a los  panistas que le votaron.

Luego entonces el Partido Acción Nacional, o sea, Claudio X. González, Margarita Zavala, Santiago Creel, Marko Cortés, Ricardo Anaya, Cabeza de Vaca, Alito (sic) etc., etc., más los del INE, Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, etc., etc., más los ministros José Ramón Cossío, Norma Piña y compañía, pasando por todos los comentaristas y dueños de medios de comunicación que ya no encuentran cómo componer la plana, como Ciro Gómez Leyva, Leo Zukermann, Loret de Mola, Carlos Marín, Riva Palacio, o los intelectuales orgánicos Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Roger Bartra, entre otros, todos, sin excepción estarían gritando y aplaudiendo de júbilo en el caso de que hubiera sido declarado no culpable García Luna.

De hecho, aunque usted no lo crea, estimado lector, estimada lectora, para ellos éste sigue siendo inocente.

Y como el hubiera no es conjugable, y la conexión existente entre el Cártel de Calderón y el conservadurismo es más que evidente, no les queda de otra más que a ponerse todos a rezar hoy frente a catedral.