Las horas pico en los puentes internacionales entre los dos Laredos son terribles. Con temperaturas medias que superan los 100 grados Fahrenheit, o 40 centígrados, estar en la fila del puente internacional, con motores prendidos por una, dos o tres horas, es un martirio.
Dicen que si se quiere cruzar con poco tráfico, se debe de esperar hasta las 11:00 de la noche, o antes de las 5:00 de la mañana.
“Si el tiempo para cruzar la frontera entre Estados Unidos y México se redujera, tan sólo 10 minutos, tendría un impacto que cambiaría la frontera, generando cientos de empleos nuevos y aumentando el Producto Interno Bruto en estados fronterizos, como Tamaulipas, de acuerdo con un estudio realizado por especialistas de México y Estados Unidos”, publicó El Mañana hace algunos meses, basándose en un estudio realizado por el Centro Adrienne Arsht para América Latina del Atlantic Council, con apoyo del Instituto Hunt para la Competitividad Global de la Universidad de Texas en El Paso y El Colegio de la Frontera Norte.
Es urgente que se revise el tiempo de cruce entre los dos Laredos.
Los tiempos de espera causan un impacto ambiental terrible. Miles de vehículos atorados en la frontera, esperando cruzar.
Ni se diga del impacto económico. Millones de horas productivas se desperdician mientras se intenta cruzar las fronteras.
Añada usted el daño psicológico o mental. El estrés, la ansiedad, etcétera.
Y para los tráileres, lo mismo, horas y horas de espera, filas de kilómetros, para poder alcanzar los puntos de revisión.
No hace falta un puente, hacen falta dos o tres.
¿Usted qué opina?