Aún no podemos cantar victoria, pero las lluvias en la región han estado aliviando a la presa La Amistad e incluso la Falcón, a pesar de que las precipitaciones en el área de los dos Laredos han sido escasas.
La Amistad empezó el año al 34 por ciento de su capacidad y alcanzó su punto más bajo el 10 de agosto, con el 22 por ciento, pero con las lluvias que se registraron en la segunda quincena del mes pasado, comenzó a recuperarse hasta llegar al 30 por ciento ayer y en aumento, pues aún no concluyen las lluvias ni los escurrimientos.
A pesar de que en Nuevo Laredo no se han generado tantas precipitaciones como en los municipios vecinos, sí han estado bien ubicadas como para llegar a La Amistad y subir gradualmente el nivel.
Durante todo este tiempo, mientras Samuel García amenazaba con no darle agua a Tamaulipas y la sequía arreciaba en todo el Estado, Cabeza de Vaca no dijo ni pío, pues ha estado más preocupado por su situación personal con el desafuero, las elecciones que perdió y sus intentos de imponer medidas transexenales, dejando como siempre a un lado las necesidades de los tamaulipecos.
Al final, la naturaleza parece estar remediando el problema, pues CILA ha dicho que “estamos superando la sequía”, aunque aún le falta un considerable nivel para garantizar a largo plazo el abasto del vital líquido.
Más allá de que la ciudadanía en general tenga una clara noción o no de los niveles de las presas, las imágenes de inundaciones y fuertes lluvias en diversos sectores del país han generado la percepción de que la sequía ha llegado a su fin, cuando en realidad se requieren muchas jornadas de precipitaciones para revertirla.