Los medios de comunicación de masas juegan un papel fundamental en la conformación de las relaciones políticas y estratégicas entre grupos oligárquicos y los ciudadanos, así como entre entidades gubernamentales como son los municipio, estados, países o áreas geográficas concretas.
Por ello, el uso y el control de las técnicas de comunicación adecuadas se tornan centrales en el teatro de la manipulación de la información para coadyuvar a los intereses de lo grupos de la geopolítica internacional.
La tendencia de la industria de telecomunicaciones es de una estructura de mercado oligopólica convergiendo en mayor o menor medida hacia el establecimiento de estructuras monopólicas, como lo lustra el hecho de que seis empresas manejan más de 2,000 MILLONES USDLS al año, todas con sede en Estados Unidos de América del Norte.
Estas seis principales empresas tienen la cobertura mundial y la velocidad para informar y/o incluso manipular en tiempo real a gran porción del publico global.
El común denominador de estas empresas oligopólicas es el uso de propaganda mediante la repetición masiva de contenidos. Otra característica distintiva es el uso de sofismas -verdades a medias-, cuando no calumnias y difamaciones.
La guerra mediática es constante e históricamente existe evidencia empírica en el sentido de que se exacerba cuando hay un cambio de régimen que deja descobijados a los grupos oligárquicos del viejo régimen, que súbitamente temen perder su hegemonía y sus múltiples canonjías.
Sin duda una conclusión sine qua non es el irrefutable hecho que los grupos oligárquicos dominan y controlas los medios de comunicación tradicionales, como son las grandes empresas de prensa escrita, Ahora con los medios alternativos o no tradicionales tenemos una fuente de información adicional que nutre y retroalimenta a la opinión pública de manera instantánea.
En el caso de Mexico tenemos una baja pero creciente cobertura de estos medios no tradicionales, debido tanto a la necesidad de que llegue el internet a muchas regiones, como a la falta de dispositivos ya sea fijos o móviles disponibles para muchos millones de habitantes.
Aunado a esta carencia de redes e infraestructura para distribuir la señal y a la falta de equipos disponibles, está la falta de orientación al pueblo sobre la importancia de usar su señal para crecer en conocimiento, tal cual lo demanda la época en que vivimos de la sociedad de la información y la económica del conocimiento.
Debiéramos minimizar el uso de los celulares para tener acceso a juego, muchas veces nocivos, como en el caso de que incitan abiertamente al uso de la violencia.
Así como la parte musical y de la industria del entretenimiento, deben ser reemplazados por una programación que aporte más a mantenerse informado de manera constante y continua.
En una época de transformación como la que se vive en Mexico, es neurálgico el despertar de conciencias. Y los medios de comunicación no tradicionales tienen un muy importante papel que jugar.
A continuación, me daré a la tarea de plasmar algunas reflexiones que quisiera se enriquecieran con la opinión que a usted le merezca.
Se requiere fomentar las radios y canales de televisión y otros medios como portales, colectivos e incluso rotativos tradicionales
Asimismo, se debe de llevar a cabo una campaña para concientizar a la población de la necesidad de que se mantengan informados de los temas de la agenda pública. Así como que participen de manera proactiva en redes. Evitando en lo posible juegos con menciones negativas.
En cuanto a la parte reguladora debe prohibirse el prohibir. Lo que si se debe garantizar el derecho de réplica de manera inmediata de que sale una nota y dejar claro el motivo de la réplica haciendo alusión a la nota que la origino.
El estado u otras entidades deberán llevar a cabo la numeralia en el sentido de notas positivas y negativas a los personajes y temática. Sólo para el efecto de partiendo de información cuantitativa poder efectuar el establecimiento de juicios de opinión cualitativos.
Donde sí se debe regular, es en el filtro de palabras y actitudes ofensivas a la persona. Así como en el jaqueo de información.