Hoy que al fin concluye el sexenio de Cabeza de Vaca a la medianoche, podemos decir que su mal actuar significó para el PAN el debut y despedida en Tamaulipas, mientras que su futuro solo supone dos posibles escenarios, la fuga -que es su opción preferida- o su captura, que sería lo más responsable de su parte, enfrentar la justicia.
Se le acusa ni más ni menos que de delincuencia organizada, operación con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal equiparada, todo lo anterior deriva en un enriquecimiento que pareciera ser incuantificable aún.
Decimos esto, porque según el propio Santiago Nieto, quien encabezó la Unidad de Inteligencia Financiera en su momento y actualmente como parte del equipo de transición de Américo Villarreal Anaya, estimó en mil 200 millones de pesos la fortuna de Cabeza de Vaca, pero esto solo en recursos comprobables, con desvíos del erario y diversos ingresos cuestionables en las cuentas bancarias del panista y de sus familiares cercanos que forman parte de ese esquema, el resto que haya obtenido en efectivo y en especie, no se puede cuantificar aún, pero es una obviedad que esa riqueza incógnita aumenta considerablemente el verdadero monto de su fortuna.
Además de que se va ‘forrado’ de dinero -mientras le dure- se lleva escoltas y vehículos oficiales blindados con cargo al erario por seis años, según él, porque ‘combatió’ organizaciones criminales, aunque según los señalamientos que se carga, si alguna vez hizo eso, no fue por justiciero, sino porque a él se le atribuye un involucramiento en el crimen organizado.
Mario Delgado dijo que mañana Cabeza de Vaca va a “amanecer como preso o prófugo de la justicia”; obviamente él ha escogido la opción de la fuga, pero incluso en este escenario, sería atrapado tarde o temprano, tal como ocurrió con Yarrington.
Con Cabeza de Vaca serían TRES los gobernadores tamaulipecos tras las rejas, una vez que sea procesado y que todo fluya como debería, de acuerdo a los señalamientos que se carga.