Carmen Lilia Canturosas llega hoy a su Primer Informe de Gobierno en el que rendirá un recuento detallado de las acciones durante casi un año de ejercer en la alcaldía de Nuevo Laredo, luego de que el PAN fuera castigado en las urnas.
Todo presidente municipal enfrenta una comparación directa con su antecesor, en este caso con un Rivas que en cinco años no hizo siquiera lo que un alcalde promedio hace en uno, así que no cabe duda que la proporción de trabajo, al compararlo, será enorme.
La noción de los neolaredenses ya sea que estén inmersos en el tema político o no, es que antes no se hacía nada y que ahora hay obras en proceso en cada rincón de la ciudad.
Algo muy similar ocurrió justamente con Carlos Canturosas hijo al llegar luego del trienio también de descuidos del finado Benjamín Galván, pues con respeto a su sensible fallecimiento, su gestión fue similar a la de Rivas en cuestión de falta de obra pública, mantenimiento y otros puntos clave a cuidar en cualquier administración.
Lo que veremos en cifras en el informe hoy, será básicamente el conjunto de obras que implicó la primera encomienda que tuvo la administración Canturosas: arreglar el desastre de cinco años de olvido y saqueo a niveles nunca antes vistos, y aunque esta última afirmación pudiera sonar exagerada para quien sea ajeno a la historia de la ciudad, quien tiene una noción clara de las administraciones de al menos los últimos 20 años, podrá contar algunos otros pillos alcaldes cuyos nombres se asocian al robo; Rivas con presupuestos históricos y una reelección inducida por la corrupta maquinaria del PAN, tuvo acceso a mucho más dinero, pero también hizo mucho menos que cualquiera que le haya antecedido.