Ayer estaba programada la visita de Cabeza de Vaca a Nuevo Laredo para la inauguración de la planta APTIV III; sin embargo, no acudió, y era de esperarse, pues no ha mostrado la cara desde el día de las elecciones, pero hubiera sido por demás interesante que tuviera que verse cara a cara con Carmen Lilia, luego de enviarle auditores, orden de aprehensión y en general haberle orquestado una intensa campaña de violencia política y de género en su contra.
Muchos dicen que estaba confiado en que el miércoles estaría celebrando que la SCJN resolviera a su favor y que los conteos distritales confirmaran la victoria de su candidato, pero esa expectativa se enfrentó a una realidad alterna, pues el PAN perdió a pesar de la masiva compra de votos y la Corte aplazó de nuevo su resolución.
Ahora Pancho debe estar planeando la huída, pues a como van las cosas y como se estila su manera de ser, vemos muy difícil que quiera cumplir con la ceremonia de entrega-recepción a Américo, muy probablemente mandará a alguien más a cumplir con ese protocolo.
Cabeza de Vaca sabe bien que si se queda, lo meten a la cárcel -después del inminente juicio- y si se va, comoquiera lo meten a la cárcel, una vez que lo agarre la Interpol.
Algo que hay que entender es que la discusión de la SCJN no es para definir su culpabilidad o inocencia respecto a las acusaciones de delincuencia organizada, operación con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal equiparada, que le atribuye la Unidad de Inteligencia Financiera de la FGR, sino que ese debate sólo es para definir si se le retira la inmunidad que tiene como gobernador, para procesarlo por esos delitos.
A este punto parece ser casi irrelevante si lo desaforan o no, pues el 30 de septiembre a la medianoche se le acaba su inmunidad procesal y al día siguiente pasa a ser un ciudadano más, expuesto a todas las consecuencias de la ley; faltan pocos meses para ese ansiado día en el que su administración de terror termine.
Por otro lado, si llegaran a desaforarlo, sería un suceso histórico que lo debilitaría aún más, pues a este punto sus aspiraciones presidenciales ya están en calidad de nulas posibilidades.
Cabeza de Vaca, el ausente
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