Una gran aportación del presidente Andrés Manuel López Obrador es la puesta en marcha de una nueva etapa de consolidación de la democracia en México. Lo cual es un gran reto y a la vez oportunidad para un país como México, con una incipiente democracia representativa y con casi nula vocación democrática, donde por siglos ha reinado la imposición, el cacicazgo, el liderazgo autocrático y totalitarista, por decir lo menos.
Con este mecanismo se busca sobre todo en periodos largos, como son los sexenios, por un lado, que el Presidente en turno sepa y se sienta obligado a hacer buen papel o perder el poder. Con este instrumento los ciudadanos se empoderan y pueden evitar muchos años de malos gobierno. Con la revocación se puede evitar que un mal gobierno dure más allá de cuatro años.
Cuántas valiosa vidas de luchadores sociales, cuántos reos políticos, crímenes de Estado, como el de Donaldo Colosio por solo citar uno, por cierto, todavía impune al igual que la mayoría, Cuánto saqueo, cuántas injusticias, cuántos remates del patrimonio de los mexicanos, cuántos abusos del poder, cuánta corrupción, cuánta impunidad, cuánto robo del futuro de los mexicanos, cuántos robos del ahorro y patrimonio nacional como el caso del FOBAPROA, por citar solo uno que pudiera haberse evitado. Cuántos niños de la calle, cuántos desempleados, cuánto costo social, cuánto costo de oportunidad, cuánto desperdicio de oportunidades etc., no se hubieran dado si los hubiésemos frenado a tiempo.
A continuación, le presentamos al amable y bien informado lector, una sintetizada reseña de los pormenores jurídicos en la materia,
¿Qué establecen los artículo 84 y 85 de la constitución mexicana? En el marco jurídico actual, dictan que en caso de falta absoluta del Presidente de la República, corresponde al Congreso de la Unión nombrar a un interino, si esa falta sucede durante los dos primero años del mandato. Nadie por encima de la ley, cuántos atropellos a la ciudadanía y gobiernos corruptos e ineptos pudiéramos haber evitado.
El daño es irreversible e inconmensurable, por eso hay que salir a votar el próximo 10 de abril por la no revocación de mandato y por la ratificación del mandato a este gobierno transformador de la 4T.
Sin duda esta herramienta de retroalimentación nos hubiera evitado gran parte del rezago social, tecnológico, educativo, en materia de salud y bienestar. Es por eso que la oligarquía, los reaccionarios, los gobernantes espurios como Salinas, Zedillo, Calderón, Fox, Peña Nieto. Se puede usted imaginar de cuántos malos gobiernos nos hubiéramos haber podido librar los mexicanos. Habernos librado al menos en los 36 años de los apátridas, funestos y corruptos gobiernos neoliberales del periodo 1982 al 2018. Al menos. por solo decir unos cuantos, pudiéramos haber evitado.
El movimiento transformador que encabeza muy atinadamente el presidente López Obrador desde los inicios de su muy importante, valiente, solidaria y patriótica carrera política, incluía la apremiante demanda y a la vez innovadora propuesta de no solo poder tener un régimen democrático en México en aquellos tiempos del partido único. Dictadura totalitaria que significó el PRI, un partido que nació con poder, donde nunca luchó ni compitió electoralmente desde sus inicios, y que representó la nueva oligarquía post revolucionaria.
Esos poderes fácticos del conservadurismo porfiriano eran tan fuertes que ni la Revolución del 1910 al 21 pudo erradicarlos, sino con cierta incorporación simulada de las conquistas sociales impuso una nueva oligarquía denominada Partido Revolucionario Institucional.
El PRI es un partido político mexicano de centroderecha; fue fundado el 4 de marzo de 1929 bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR) por el ex presidente Plutarco Elías Calles. En 1938 fue reconstituido como Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y en 1946 fue refundado, adoptando su nombre actual. Fue el partido gobernante durante setenta años consecutivos, de 1930 a 2000. En 1988 sufrió su mayor escisión, con la separación de la Corriente Democrática, que derivó en la creación del Partido de la Revolución Democrática (PRD).?
A lo largo de sus nueve décadas de existencia, el partido ha adoptado una amplia variedad de ideologías, a menudo determinadas por el presidente en turno. En sus inicios se definió como un partido con ideales de izquierda, marcado por Revolución Mexicana. En la década de 1980 fue sometido a diversas reformas de corte neoliberal que formaron su actual encarnación, con políticas identificadas como de centro-derecha, tales como la privatización de empresas estatales, restablecimiento de relaciones con la Iglesia Católica y la implementación de un capitalismo de libre mercado. ?
A pesar de ser un miembro íntegro de la internacional socialista (junto con su otrora rival, el partido de izquierda PRD). El PRI en la práctica no es considerado un partido socialista ni social demócrata, como en varios fragmentos de la historia nos han hecho creer.
La demanda de transitar de una pseudo democracia (dictadura perfecta) a una democracia representativa y de ésta a una democracia participativa, ha estado presente desde siempre en la plataforma política del Andres Manuel López Obrador.
Revocación de mandato: gran contribución de AMLO a la democracia participativa en México
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