El presidente AMLO ha consagrado su vida a la lucha por la democracia y la justicia social en este país, buscando separar el poder económico del poder político, combatiendo la corrupción y apoyando la igualdad de oportunidades. Todo esto alineado a un precepto fundamental: por el bien de todos, primeros los pobres. Esto último ineludible dado el terrible dualismo económico, social y político exacerbado en México, especialmente durante las últimas cuatro décadas de neoliberalismo
Figuras como el plebiscito, el referéndum, la revocación del mandato y la consulta popular son indispensables para que se lleve a cabo una reforma política electoral y se encaucen los esfuerzos del binomio sociedad gobierno hacia una vida plenamente democrática de la nación.
Que a su vez es un requisito indispensable para el desarrollo pleno, incluyente, justo, equilibrado regionalmente, sustentable y sostenido en materia no solo política sino por supuesto en materia social y económica.
La reforma política electoral es requerida. Pero se tiene que a afianzar la democracia cada vez más participativa.
El pueblo debe cada vez más involucrarse en materia de los grandes temas de la política nacional.
Es por eso que la figura de ratificación de mandato es indispensable en la agenda de un México progresista.
En México se debe dejar atrás la gran corrupción que hemos padecido, asimismo se debe de erradicar la impunidad que hoy en día alcanza porcentajes del 90% en algunos tipos de delitos.
No es tarea fácil transformar para bien a México. Lo que sí podemos asegurar es que solo con la participación de la sociedad lograremos enfrentar con éxito los grandes retos y oportunidades que hoy tenemos enfrente de nosotros.
Adicionalmente existen figuras tales como el parlamento abierto, el presupuesto participativo, la rendición de cuentas, la auditoria ciudadana, la transparencia, el acceso a la información.
Todas estas figuras se amalgaman en lo que es el engranaje de un México progresista, donde impere el más absoluto estado de Derecho y no el estado de chueco.
Por lo tanto, no se debe menospreciar este ejercicio democrático, que forma parte de la piedra angular del futuro del país.
LA REVOCACIÓN DE
MANDATO GLOBALMENTE.
La experiencia internacional nos da evidencia empírica sobre la solidez que tienen los mecanismos de participación directa a niveles de estados o ciudades hoy en día en el mundo entero. México no puede quedarse atrás en este fortalecimiento de la democracia pasando de democracia representativa a democracia participativa.
¿En qué países existe la revocación de mandato? En México será en 2022.
La revocación de mandato es un ejercicio de participación que se realiza en diversos países de América Latina así como Suiza y Estados Unidos; en México se hará por primera vez, en 2022, siendo una propuesta del propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
El ejemplo más antiguo de dicho tipo de consulta popular se instituyó en Suiza a mediados del siglo XIX, aunque sólo local y limitado a seis de los 26 cantones (o provincias); además, para solicitarlo se requiere de entre el 2 y 30% de firmas del electorado, dependiendo de la entidad.
Por su parte, en Estados Unidos la figura existe desde hace casi cien años, pero también restringido al ámbito estatal y no federal en: Alaska, Kansas, Nueva Jersey, Arizona, Luisiana, Dakota del Norte, California, Míchigan, Oregón, Colorado, Minnesota, Rhode Island, Georgia, Montana, Washington, Idaho, Nevada y Wisconsin.
Debido a lo anterior, cada entidad cuenta con su legislación particular y el último proceso fue aplicado en septiembre de este año al gobernador de California, Gavin Newsom, quien fue ratificado en el cargo.
Cabe mencionar que la revocación de mandato es un mecanismo de participación ciudadana que busca consultar, mediante una votación, a la población sobre si desea que un funcionario electo continúe en su puesto o sea destituido y también existe en otros países como Taiwán, Etiopía, Liechtenstein, Nigeria y Palau.
En América Latina sí
se contempla destitución
de presidentes
Sin embargo, es en los países latinoamericanos como Bolivia, Ecuador, Venezuela y ahora México, donde el ejercicio sí contempla la remoción del presidente, a diferencia de Suiza y Estados Unidos.
En Venezuela, la consulta fue instituida en la constitución de 1999 y aplicada por primera vez en agosto de 2004 al entonces mandatario Hugo Chávez Frías, luego de un acuerdo con la oposición y en un ambiente de tensión entre ambas partes.
Para realizarla, se requirió de la recolección de 2.4 millones de firmas que fueron validadas por el centro nacional electoral (CNE), el día de la votación la participación ciudadana fue del 70 por ciento y Chávez Frías fue revalidado en el cargo con el 60 por ciento de los sufragios.
En Bolivia se
realizó en 2008
por Evo Morales
En Bolivia, el ejercicio se realizó un año antes de que entrara en vigor la constitución de 2009, la cual lo reglamentaba, por iniciativa del propio presidente, Evo Morales Ayma, y que incluía al vicepresidente, así como a todos los gobernadores departamentales.
En los comicios, Morales Ayma obtuvo el 67.4 por ciento de los votos para seguir al frente del ejecutivo, con una participación del 83.2 por ciento del padrón.
Por su parte, en ecuador la herramienta fue aprobada en 2008, siendo mandatario Rafael Correa, aunque no se ha aplicado, además de que la solicitud se puede presentar una vez cumplido el primero y antes del último año del periodo de la autoridad electa.
La solicitud debe ser respaldada por no menos del 10 por ciento del padrón electoral y en el caso del ejecutivo no menor al 15 por ciento.
Cabe mencionar que en argentina la revocación de mandato se ha ampliado, pero a nivel local, en provincias como Córdoba, Entre Ríos, Chaco, Misiones, Neuquén, entre otras, en las que está presente desde el siglo pasado.
En 2022, primera
vez que se realizará en México
En el caso de México, el ejercicio fue una de las propuestas de campaña del presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien ha señalado que es importante para que la población decida sobre el rumbo del país y que aplicó cuando era jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Fue en 2019 cuando el Congreso de la Unión aprobó una reforma constitucional para crear la figura de la revocación de mandato y este año hizo lo mismo con su ley reglamentaria.
La herramienta puede ser solicitada por el 3 por ciento de los ciudadanos inscritos al padrón electoral en al menos 17 estados y para ser vinculatoria, es decir con efectos reales, se requiere de la participación de al menos el 40 por ciento o 37 millones de personas.
López Obrador ha criticado tanto al Instituto Nacional Electoral (INE), como a sus opositores, por supuestamente oponerse a la realización del ejercicio, el cual se tiene contemplado para abril de 2022.
Como puede ver, amable lector, la reivindicación de mandato está presente en el mundo desde tiempos inmemorables y reviste la mayor importancia para el desarrollo democrático de los países en pleno 2022, año de la sociedad de la información y la economía del conocimiento. Ante la pandemia y todos los retos que enfrentamos en México debemos fortalecer nuestra democracia participativa, para salir adelante como una nación exitosa y progresista, donde la sociedad pueda ser parte de un sistema integral de pesos y contrapesos reales.
La lucha de AMLO por la democracia
Escrito en OPINIÓN el