AMLO incluyó en su propuesta de reforma para la industria eléctrica. Un histórico, genuino y patriótico planteamiento en defensa de los bienes y servicios que pertenecen a los mexicanos.
Qué duda cabe, para alguien con el mínimo sentido común, o dicho coloquialmente, con tres dedos de frente. Pueda no valorar la gran importancia estratégica que tiene y la que tendrá el litio hoy en día en pleno siglo XXI a medida que vaya generalizándose el uso de vehículos de pasajeros y de carga que utilicen tanto híbrida como totalmente energía eléctrica para su locomoción.
Sin duda no podemos permitir que entreguemos el litio a empresas e intereses extranjeros, dada su importancia estratégica en el desarrollo del país.
Tal cual en su momento lo hizo para el caso del petróleo ese gran presidente de México el general Lázaro Cárdenas Solorzano, y en su momento el presidente Adolfo López Mateos en el caso de la industria eléctrica.
Quien al nacionalizar la industria eléctrica, el 27 de abril de 1960, en ese momento histórico, el patriota presidente, nos alertó, al decir proféticamente que estuviéramos alerta, pues mencionó proféticamente en aquel emotivo momento que los grupos de poder con interés especial no quitaran el dedo del renglón, tratando de controlar la energía eléctrica del país.
Tal cual es el caso que tenemos ahorita. Aunado a la embestida de los grandes capitales españoles que aprovechando el libertinaje de estado generado por la corriente neoliberalismo, se han apropiado de muy importantes enclaves, en el ámbito de por ejemplo la cuanta de burgos,( Repsol), proyectos de energía eólica y fotovoltaica ( Iberdrola), etc. Sin mencionar lo relativo a la industria de la minería en múltiples casos de abuso y los propios bancos, que sólo queda uno honrosamente nacional.
Es en este contexto de entreguismo y la evidencia de las preferencias y canonjías a poderoso grupos de poder. Que los supuestos organismos creados supuestamente para salvaguardar la transparencia, rendición de cuentas, y mejores prácticas, como es el caso de la propia CRE. Lamentablemente vemos como protegieron los intereses de los grupos extranjeros y hoy buscaron minimizar la presencia y beneficio de México en estos sectores estratégicos.
Hoy vemos como en realidad estos organismos reguladores en realidad sirvieron para beneficiar el capital extranjero, en contra del beneficio de la población mexicana. Sin lugar a duda la historia se repite.
Tal cual lo predijo López Mateos el día que anuncio que nacionalizaría la industria eléctrica. Alertándonos de que esperaba que las próximas generaciones estuvieran alertas para defender los sectores y riqueza estratégicos de la nación.
El manejo del litio deberá arrojar una importante derrama de recursos. Y se busca maximizar el beneficio para incrementar en la competitividad. Para esto se deberá salvaguardar la parte ecológica y del manejo optimo del agua. Para evitar déficit de agua para riego. Y, por supuesto, para el consumo animal y humano.
En México se han contabilizado 69 localidades con presencia de litio, en las cuales 11 yacimientos se encuentran en distintos procesos de exploración, lo que hace necesario advertir las consecuencias de su manejo, sobre todo de impacto ambiental, pues requiere de un uso intensivo de agua. Según datos del departamento de producción económica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Cabe observar que de dichos depósitos el más conocido y de reciente descubrimiento es el de Bacanuchi, Sonora, supuestamente con 243 millones de toneladas, lo que representa “una cantidad de clase mundial”, pues el plan extractivo es de alrededor de 100 mil hectáreas, una extensión territorial que quizá se incremente con el paso del tiempo y que equivale casi al tamaño de toda la Ciudad de México.
En los últimos años han vuelto a resonar los llamados a la nacionalización de este mineral, siguiendo el ejemplo de la región andina.
La cadena de valor completa del litio está muy concentrada, en especial por China, con quien, “México tiene como restricciones, por ejemplo, las reglas de origen, a menos que cumpla con lo establecido en el propio tratado, como lo marca el tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), lo que podría provocar las mismas tensiones que llevaron al golpe de estado en Bolivia el año pasado”.
En la lucha por la hegemonía tecnológica, los yacimientos de este metal se han convertido en un espacio de disputa entre EE.UU. y China.
México se prepara para explotar y aprovechar el litio, metal esencial en el siglo XXI. Utilizado en la producción de baterías para automóviles eléctricos, teléfonos móviles y computadoras, entre otros dispositivos, el litio es un elemento capaz de catapultar el desarrollo de naciones con yacimientos.
El gobierno del presidente AMLO está atinadamente evaluando el potencial de este recurso natural en el país y ya prepara una estrategia de fomento a la inversión. Mientras, en el Senado, se alista la aprobación de una reforma a la constitución para salvaguardar la propiedad de la nación sobre el denominado ‘oro blanco’.
Por sus yacimientos de litio, México participa de facto en la geopolítica mundial como espacio de disputa entre grandes potencias, ávidas de hacerse con el control de este metal.
El índice solactive global lithium, que integra a las principales empresas de litio con capitalización bursátil, ha registrado un incremento de un 32% en lo que va de este año, empujado por las ganancias de las empresas chinas ganfeng lithium y catl, cuyas acciones han aumentado un 98 y un 38% respectivamente.