RÍO REVUELTO

Ya casi termina decreto de carros ‘chocolate’

Escrito en OPINIÓN el

Ayer en redes sociales trascendieron las condolencias por el fallecimiento del compañero columnista y analista político Carlos Z. Cabeza Reséndez, quien apenas el sábado pasado había publicado la que sería, sin saberlo, su última opinión en un medio impreso.

Como era habitual, abordaba el impacto de los fenómenos políticos y económicos y su estrecha relación, visto desde sus diversos postgrados y la lucha social que siempre lo caracterizó.

En los últimos años se le vio con relativa frecuencia en las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador, participando en los temas que dominaba, en los que de forma muy particular, entre sus cuestionamientos incorporaba propuestas, acompañadas de los datos duros que siempre traía en mente. Descanse en paz, Carlos Z. Cabeza Reséndez y pronta resignación para sus seres queridos.

La pérdida de una vida humana siempre va a ser más lamentable; sin embargo, a la par del fallecimiento del doctor en Economía, trascendió e impactó la muerte de la jirafa Lolita, y el grado de consternación que esto causó sólo habla del profundo amor de los neolaredenses por la vida de los animales, pues se trata de una ciudad en la que si bien existen personas que aún ejercen ese reprobable maltrato a los demás seres vivos, se distingue por un gran afecto a las mascotas.

Este es el último mes de la regularización de autos “chocolate” mediante el esquema de bajo costo, cuyos beneficios y beneficiarios ya se ven por todos lados, sin duda vino a mitigar en gran medida esa clandestinidad que había en cuanto al parque vehicular que circula por la ciudad.

Si bien más tarde se palpará un segundo efecto de este programa, que consiste en el bacheo de las calles con recursos reunidos de los trámites de nacionalización; el efecto inmediato, además de dar certidumbre legal a los dueños de las unidades, les agregó un valor y en teoría esto implica un mayor cuidado, es decir, que ya no se atreverán tantos y con tanta frecuencia a circular de manera tan temeraria, pues en caso de accidentes, serían responsabilizados, además de perder un auto mexicano, es decir, ya no uno “desechable” que pueden dejar abandonado en la escena del percance.