En este que era un pueblo hecho queso (Gruyere, por tanto bujero), el hecho de que en un año se hayan reparado más de 16 mil baches, ¡Claro que se nota! Y se nota más con las 18 mil 500 luminarias que se han instalado, repuesto, corregido, reparado, vueltas a encender y para acabar pronto, se ha logrado mejor iluminación en las cuadras, manzanas, barrios y colonias del rancho, donde estaban esos 16 mil joyos en el suelo y subsuelo.
DA GUSTO LA NUEVA CARA
La raza que habita cierto sector del rancho no lo nota, pues a diario ve la misma escena, ya sea corregida o como aún está dada al cuas, pero la gente forastera, la que conoce el pueblo pero que estaba lejos del mismo y por angas o mangas regresa, sí nota la diferencia, sobre todo en la periferia, en el arrabal. Y conste que no conocemos al man de Servicios Públicos (cara y barbas de Papá Pitufo), ni nos late tirarle una flor, pues ese es su jale y su obligación, para eso cobra ¡Y muy bien! como tal. Pero tiene su mérito el parchar el suelo volcánico de 145 colonias del ejido, neta que es un buen logro. Era lo que se esperaba de ese departamento y lo que le correspondía hacer. Y aún falta mucho por hacer al respecto.
HASTA EL TRONCO DE LLANTAS
La talacha por darle belleza al pueblo, la tenemos que ensalzar, para que así siga y para que además se sientan chidos quienes la realizan, así y peligro le ponen más ímpetu al asunto. Porque ¿Quién no quiere su pueblo bonito? Es loable el recoger todo el tiradero de millares de llantas que se producen a diario y que se arrumban por doquier. Nada más y ahí bajita la mano, hay más de 100 mil tractores y tráileres locales y fuereños, rodando cada día por acá. Más los 150 mil carritos de todos nosotros, la raza que mora en esta comuna, lógico que se produce mucho caucho rajado, máxime que casi todos compramos puros relingos en "La Vulca Del Barrio", de esos melones de sólo dos meses de uso.
SETASA NO PASA
Y es muy importante limpiar -y mantenerla aseada- la casa de todos, esa que se llama Nuevo Laredo, que lo que no alcanza o no le corresponde hacer a la concesionaria de recolección de sólidos, barrido manual y mecánico, que lo haga La Yunta con su propia gente, es muy importante. Acabar tiraderos clandestinos, poner presentables plazas y parquecitos, instalaciones deportivas. Muy bien lo de crear tres centros de transferencia (deberían ser muchos más), lugares de acopio para que la raza vaya a depositar su mugrerito, en lugar de andarlo tirando al voleo en plena calle, en baldíos, en despoblado y donde se le ocurra pero siempre que sea lejos de sus chantes o changarros.
LA LEY Y EL ORDEN
Meter al redil a todos los rápidos y furiosos en moto (falta hacer lo mismo con los de cuatro llantas, parar tanto desgarriate en el pueblo), que todo repartidor de tragazón, de correspondencia, de paquetería y de lo que sea (ya hasta reparten marranilla se lleva a domicilio, para que los burros cuando ya andan bien jumentos y como no tienen llenadera, van a refaccionarse de birongas y demás chupe), no se pasen de lanza, que usen casco, que traigan placas legales, que circulen calmado y como corresponde a esas jacas de acero. Es un buen paso de los transitillos del rancho.
QUEREMOS OTRO PUEBLO
Hablando de Tránsito, también se está cambiando la imagen, retirando de las rúas a cientos de cachivaches, relingos inservibles, ese es otro gran acierto. Como igual los del burricipio le están dando avión a todo tecorucho callejero a los puestos de tragacha que se engulle parado (tacos, sopes, garnachas, jochos, burritos y demás busguería). Eso señores, elimina obstáculos visuales para automovilistas, pues además muchos de esos estorbos están malamente sembrados en las esquinas; concede más cajones de estacionamiento en la vía pública; y de plano que hermosea el rancho, limpiando la escena, mejorando la imagen.
PIAN PIANITO
Y así paso a paso, el gobierno local, va ganando terreno contra lo que está mal, fuera de lugar o no corresponden en una ciudad que quiere crecer, que quiere verse bien y estar en orden y progreso (como dice el mundito en la bandera carioca). "El orden como base, el progreso como fin", tal dijera Aguste Comte, filósofo y pensador francés, “Padre Del Positivismo”. En Nuevo Laredo era difícil meter orden, por lo de los sindicatos y centrales obreras o populares, los abusos “en pro de los que menos tienen” por parte de los caciques y vivales que encabezaban las fuerzas aliadas del PRI Gobierno y luego lo mismo ocurrió en el lustro de poder de los azulejos. Pero parece que ya están cambiando las cosas. Sin prohibir la vendimia callejera se está poniendo más atención a las reglas del juego para todos. Así que primero limpiar, para luego normar y no dejar crecer el desmadre.