Ante la amenazante crisis global, en México los fundamentos económicos prevalecen en la actualidad positivos. Tanto en comparación con la antesala de la crisis del 2008, como actualmente, comparativamente con respecto a los principales países del mundo.
Lo anterior, gracias al buen manejo de las finanzas públicas de la actual administración, que lidera el presidente López Obrador.
Ya que entre otros muchos logros del gobierno de la 4T, está el ahorro de más de 400,000 millones de pesos derivado del exitoso combate a la corrupción y la austeridad ya no republicana, sino incluso franciscana del gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales de la 4T, dentro de los cuales resalta muy positivamente el gobierno estatal de Tamaulipas y de Nuevo Laredo.
Mencionamos señales encontradas, ya que se está manifestando un freno a la inflación y un crecimiento notable para el presente año del 2022. Sin embargo, persiste una desaceleración del crecimiento para el 2023 y 2024, cuestiones que el Gobierno en México previsoramente busca superar.
Por lo tanto, si bien no podemos echar las campanas a volar, pues aún el panorama global es incierto para el 2023 y 2024. Por una parte, debemos ahondar en el combate a la corrupción y el desmesurado dispendio de antaño en el periodo del viejo régimen neoporfirista del aparato gubernamental.
Ya que, aunque también en Estados Unidos la inflación se ha desacelerado en el último informe de hace unos cuantos días; aun el alto nivel del nocivo parámetro es inusitado y representa todo un reto.
Ya que es evidente que variables como el crecimiento económico para el futuro venidero e incluso el presente en Estados Unidos y en el resto del mundo, muestra señas evidentes de una desaceleración.
Es por eso que, por ejemplo, incluso se prevé que el recuento de las ventas en el Black Friday y su ampliación apuntan a ser menores que las de los recientes años.
En México hoy tenemos varias oportunidades como es el captar inversión extranjera, derivada de la masiva reubicación de empresas de origen estadounidense y de otros países que llevan a cabo un éxodo de china e incluso de India.
Sin embargo, los gobiernos tanto federal, como estatales y municipales, deben de aplicar medidas complementarias a las típicas recetas neoliberales dictadas por la cúpula financiera internacional, como lo es la política monetaria contraccionista, de aumentar la tasa de interés de referencia por los bancos centrales.
Mismas medidas que inhiben notablemente el crecimiento económico.
Pero volviendo al tema del mencionado nearshoring, que no es otra cosa que la relocalización de las plantas productivas hacia lugares donde Estados Unidos no esté llevando una guerra comercial como es el caso del gigante asiático China.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, ya que actualmente la mayoría de estas empresas se han reubicado en lugares como Vietnam principalmente, y en menor medida en países como Tailandia, Filipinas, Malacia, entre otros.
Y es que lo que buscan los inversionistas y que ya no encuentran igual en China, es una actitud amistosa a las empresas que invierten en otros países.
Pero aparte también buscan países con Estado de Eerecho, estabilidad política, acervo de capital humano calificado, por lo que se entiende cuadros de ingenieros expertos en alta tecnología y bilingües, agua abundante, acceso competitivo a la energía, como lo es la energía eléctrica y la derivada del petróleo como el gas natural.
Adicionalmente buscan ventajas fiscales, arancelarias y notables ahorros en logística.
En el caso de China, ha dejado de ser un proveedor confiable en continuidad del suministro de proveeduría y también ha aumentado sus costos de producción. Esto derivado, entre otros factores, del desvío de insumos como los microchips hacia los equipos médicos ocasionado por la pandemia y también al freno de la economía derivado de la constante amenaza de nuevos brotes de covid-19 y su asociada crisis sanitaria, así como de las acciones proteccionistas de Estados Unidos aplicadas a China.
También un factor fundamental es la existencia o la inexplicable ausencia de áreas francas, foreign trade zones, export processing zones, economic strategic areas o como se les llama en México, recintos fiscalizados estratégicos, donde el inversionista se vuelve más competitivo tanto domésticamente como globalmente, elevando consecuentemente la anhelada y hoy muy reñida inversión tanto internacional como doméstica, y por lo tanto la generación de empleo mejor remunerada, el ingreso per cápita, la distribución del ingreso, el demandado nivel de bienestar social.
En este contexto, vale la pena hacer notar que por ejemplo en Vietnam, se ha observado una fuerte relocalización de empresas en país, donde hay al menos en la actualidad más de 36 de estas figuras jurídicas administrativas o regímenes de comercio exterior. Y en el mundo existen más de 2,500 exitosas.
Mientras inexplicablemente en el caso de México y en especial en la franja fronteriza brillan por su ausencia, derivado tanto de la resistencia al cambio de grupúsculos de poder económico, en detrimento de la clase trabajadora fronteriza y nacional.
En cuanto a la recepción de estas empresas que buscan relocalización, en el caso de México, más de cien empresas buscan instalarse actualmente en los estados de Baja California Norte y Sur. Asimismo, hay gran interés en Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Coahuila.
De interés público
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