DE INTERÉS PÚBLICO

Ajuste a la baja del PIB para 2023

Escrito en OPINIÓN el

A pesar de la buena conducción macroeconómica del Gobierno de México encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, donde entre otros muchos logros está el paliar de manera muy efectiva los efectos nocivos de la pandemia, el mantener el consumo doméstico en medio de una crisis pandémica sin precedentes, y mantener e incluso incrementar la recaudación, así como mantener e incluso mejorar el tipo de cambio, y los precios de los energéticos. Así como los ahorros derivados del combate a la corrupción y las reformas para proteger el patrimonio nacional, así como los 19 programas de bienestar en exitosa marcha y por supuesto los grandes proyectos estratégicos del sureste y los de la industria de la energía, y el programa para contrarrestar la inflación, se prevén factores de carácter exógeno, fuera de nuestro control inmediato en cuanto a origen, que la economía, el gobierno y el pueblo de México tendrán que paliar en el futuro inmediato.

Para esto es necesario con creatividad e innovación y altura de miras, profundizar el cambio verdadero, ahora en materia económica. Ante esta situación, se destaca la necesidad de aplicar políticas para frenar la inflación sin agravar el riesgo de recesión, como son entre otras la reactivación del campo, la construcción de centrales de abasto, la eliminación de intermediarios y las cooperativas de consumo y producción denominadas dentro de la economía social y circular. Entre otras muchas políticas públicas mencionadas en esta reflexión por cuestión de espacio.

Ya mencionamos en el artículo anterior (“Nubarrones económicos en el horizonte inmediato”) la cada vez más inminente recesión mundial que se avecina; tal cual lo presagia el irrefutable hecho de que los bancos centrales de todo el mundo aumentan simultáneamente las tasas de interés para responder al letal incremento del temible flagelo social, de la inflación. Pareciera que el mundo entero podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión mundial, a partir del año 2023, lo cual ocasionaría una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, que les podrían causar daños duraderos.

Incluso es de hacerse notar que este fenómeno alcista o de política monetaria restrictiva se ha hecho con un grado de sincronización no visto en las últimas cinco décadas, mismo que inhibe la inversión directa dado que el costo de oportunidad de tener el dinero en el sector real fuera del sistema bancario es cada vez mayor y solo proyectos con una alta tasa de capitalización serán rentables en este contexto internacional alcista de las tasa de interés.

Este fenómeno alcista inhibe el consumo de bienes duradero disminuyendo la demanda agregada. lo cual repercute en la baja del producto interno bruto. Tal es el caso de México. Es así como se presagia se desacelerará el crecimiento económico para México en 2023.

La mayoría de los estudios más recientes del último cuarto del 2022 señalan que el rebote de la actividad económica se desvanece a medida que la demanda se deteriora en un contexto de alta inflación, mayores tasas de interés y un crecimiento de EU mucho más mesurado en el mejor de los casos, aunque el ultimo reporte de la inflación en Estados Unidos alienta expectativas de un aminoramiento de la desaceleración al menos en la coyuntura inmediata.

Aunque la mayoría de los análisis en la materia anticipan una tendencia a la baja del crecimiento, a pesar del anuncio de abatimiento relativo de la inflación en el vecino país del norte que probablemente continuará en el mejor de los casos hasta bien entrado el año próximo, es posible que la trayectoria prevista no sea suficiente para reducir la inflación mundial a los niveles registrados antes de la pandemia.

Es así como la economía mexicana tiene un panorama pleno de retos para 2023, ya que mientras la Secretaría de Hacienda y Crédito Público estima que el PIB tenga un repunte de 3%, para muchos analistas parece optimista, dado que arroja el doble de crecimiento que presagian las expectativas de organismos como la OCDE y el FMI. Sin embargo, en la medida que persistan factores como el crecimiento sin precedentes de las reservas, el repunte del sector turístico y las fortaleza de los parámetros fundamentales de la economía producto del buen manejo de estos por la Secretaría de Hacienda del gobierno de México de la 4T.