ARTÍCULO

La nueva cara del vecino

Escrito en OPINIÓN el

El futuro en Estados Unidos ya llegó. Y habla español.


El 9 de noviembre de 1984 el líder de los campesinos, César Chávez, dio un visionario discurso en el Commonwealth Club de San Francisco, California. La ola latina estaba tomando impulso -gracias a los cambios de las leyes migratorias de 1965 y al crecimiento demográfico de los hispanos- y Chávez se dio cuenta de que eso, eventualmente, cambiaría a fondo el lugar donde vivía.


“Hemos visto el futuro y el futuro es nuestro”, dijo en ese discurso. “La historia, inevitablemente, está de nuestro lado. Los campesinos y sus hijos, y los hispanos y sus hijos, son el futuro en California...”. Sólo le faltó decir: en California y en todo Estados Unidos.


Lo que César Chávez veía como inevitable es lo que la Oficina del Censo acaba de confirmar: que cada vez somos más latinos, que la población blanca está disminuyendo y que el destino de Estados Unidos es multiétnico y multirracial. Es la nueva cara de Estados Unidos.


No es que el país va a cambiar. Es que ya cambió. Las cifras son impactantes. Actualmente somos más de 62 millones de latinos en EU; esto es un aumento del 23 % en una década. Y seguimos creciendo por la migración y por tasas de natalidad superiores al resto de la población. Hoy casi una de cada cinco personas en este país (18.7 %) es de origen hispano.


Esto tiene enormes implicaciones. Si somos el 18 % de la población deberíamos tener al menos 18 senadores. Pero sólo tenemos seis. Además de Sonia Sotomayor, deberíamos tener otro miembro hispano en la Corte Suprema de Justicia. Las películas de Hollywood y las series de Netflix deberían tener más actores, productores y directores latinos. Y así podríamos llenar toda una página de cosas que deberían cambiar debido a nuestra creciente presencia en la sociedad estadounidense. No estoy pidiendo cuotas. Sólo el lugar y el espacio que nos corresponde.


Estados Unidos también es nuestro país. Aunque hablemos español, hayamos nacido en Latinoamérica o llegado recientemente. De hecho, este país se parece cada vez más a nosotros. No es un país blanco.


Por primera vez desde el censo de 1790, disminuyó la población blanca (no hispana). En una década los blancos pasaron de ser el 63 % del total a sólo el 57 % (o 191 millones). Los mismos cálculos de la Oficina del Censo indican que para el 2044 todos, incluyendo los blancos, seremos una minoría en EU.


Esto, por supuesto, pone muy nerviosos a los supremacistas blancos. Pero, en la práctica, el cambio ya se está dando. Las cifras del censo indican, claramente, que en un país con menos blancos nadie puede llegar a la Casa Blanca o a puestos importantes sin el voto latino. Joe Biden le debe su victoria, en parte, a la mayoría de los 16 millones de hispanos que salieron a votar en las pasadas elecciones del 2020. Sin latinos no habría presidente Biden. Ni presidente Barack Obama. El futuro sugiere más Obamas y menos Trumps. El experimento americano va bien.


Nos estamos diversificando hacia dentro y seguimos abiertos al resto del mundo. Hay pocos países así. Aquí somos de todos lados y predomina, a pesar de las resistencias y los prejuicios adquiridos, la idea de ayudar, aceptar e integrar a los que vienen de fuera.


Vean, por ejemplo, lo que está pasando en la frontera. En el pasado mes de julio detuvieron a más de 212 mil inmigrantes que entraron ilegalmente desde México. Es la cifra más alta en 21 años. Pero lo interesante es que estos inmigrantes -que huyen del hambre y la violencia en Centroamérica- no están haciéndole caso al mensaje de “no vengan” de la vicepresidenta Kamala Harris. Al contrario, los resultados del censo -llenos de diversidad- refuerzan su decisión de venir con la familia a cuestas.


Estos inmigrantes potenciales tienen más fe en Estados Unidos que muchos estadounidenses. Si no fuera así, ¿cómo explicar las decenas de miles de niños que han cruzado solos la frontera este año? Esos padres están enviando lo que más quieren -a sus hijos- a un país en el que confían plenamente. Ese acto de fe es impresionante. Y refleja una nación que, en lo más esencial, funciona.


César Chávez tenía razón. El futuro ya llegó y es nuestro. Ahora nos toca cuidarlo.


@jorgeramosnews