Dicen que las coincidencias no existen y el hecho de que una cantidad extraordinaria de funcionarios de casilla decidiera no aparecerse, no puede ser casualidad.
Cuando esto ocurre, simplemente hay que considerar a quién le conviene tal escenario en que la tardía apertura de casillas desestima a los neolaredenses de votar, pues luego de pasar más de una hora en la fila, muchos se van y dicen que volverán más tarde, pero no todos regresan; lamentablemente estos son los ciudadanos que acuden por su cuenta a votar libremente.
Mientras tanto, el PAN lleva a su voto duro de acarreados, pero para su sorpresa muchos resistieron y optaron por quedarse a esperar en la fila.
Si bien ya es un fenómeno relativamente común, esta vez la tardanza en la apertura de casillas fue extraordinaria, por demás reprobable, lo que hizo enojar a muchos ciudadanos que acudieron desde muy temprano a votar, replicándose de manera constante el señalamiento de que “si se habían comprometido, ¿por qué no fueron?”, llegándose incluso a rumorar que a estas personas se les pagó por no aparecerse y generar ese retraso.
En redes sociales fluyeron historias falsas de presuntos “mapaches” con chalecos de uno u otro partido, que habrían sido detenidos por ciudadanos y maniatados, pero curiosamente éstos eran mostrados boca abajo y con algunos billetes para “evidenciar” sus actos, pero si realmente fueran hechos reales, serían exhibidos sus rostros, pero no fue el caso.
La campaña estuvo sucia desde el principio hasta el final, enviando mensajes y otras acciones encaminadas a desanimar a los electores, aunque al final, muchos acudieron de todas maneras.
Lo interesante es que todavía faltando 5 minutos para las 6:00 de la tarde en algunas casillas de sectores populares seguían llegando ciudadanos para alcanzar a votar, pues la regla es que a esa hora, quien estuviera dentro de las instalaciones, tenía la oportunidad de sufragar.