“El pueblo de Nuevo Laredo no juzgará a sus alcaldes por sus obras o acciones, sino por sus complicidades y sus claras traiciones”. – Mars
Dejando a un lado la pésima imagen que presenta esta frontera y estando aún al frente el contador público Oscar Enrique Rivas Cuéllar como figura municipal, quizás sea el momento apropiado para decirle a la triunfadora Carmen Lilia Canturosas, ¡no queremos megaparque!
La ciudadanía de Nuevo Laredo le brindó dos oportunidades como alcalde a Rivas Cuéllar; sin embargo, en dos administraciones municipales no se ha visto que esas, aunque escasas promesas se hayan hecho realidad.
El hecho de haber estado anunciando una y otra vez una megaobra como es el ya tan mencionado parque acuático, sí que inquietó en su momento a la mayoría de la ciudadanía, a sus residentes, al comprobar que desde su inicial promesa, tan sólo una imagen o maqueta fue lo más acercado a la realidad de su construcción.
Es por eso, que, al ya estar Carmen Lilia por asumir la presidencia municipal y como tema importante por la gran cantidad de miles o quizás millones de pesos destinados para dicho megaparque, sea esto más que suficiente para encarar, hacer pública la petición a Oscar Enrique Rivas de que informe al pueblo de Nuevo Laredo en dónde está el dinero para continuar la obra, cuánto se pagó por el terreno y en qué forma.
Obligar al actual alcalde a dirigirse de una manera por demás responsable, honesta y directa al pueblo de Nuevo Laredo, utilizando los periódicos locales, la televisión, la radio, entre otros medios de comunicación para indicar bajo su palabra y juramento, con la investidura aún como alcalde, si efectivamente se tienen los recursos suficientes para llevar a cabo dicha megaobra prometida.
Externar cuánto dinero existe actualmente para destinarse al megaparque acuático, de dónde se obtuvieron estos recursos, cuándo y en qué partida fueron asignados, dar a conocer el alcalde, la constructora para esos trabajos, cuánto costará levantarla, en qué consistirá, si se erigirá toda la obra como se ha estado promocionado, o tan sólo es una pequeña parte.
El alcalde de ser honesto y sincero, deberá decirle a su pueblo que aún gobierna, si efectivamente como primera autoridad se está haciendo cargo de la continuidad de este compromiso, saber de igual modo cuánto se le adelantó o pagó a la empresa encargada de obra, de cuánto fue su primer anticipo.
Es responsabilidad del alcalde el informar a su pueblo, si existe o no alguna irregularidad sobre la construcción del megaparque acuático, pues de no hacerlo ya sea por acción o por omisión, será por igual responsable y cómplice de existir o salir a la luz pública, algo turbio sobre esto y no haberlo señalado.
Por supuesto que en nada tendrán que ver las pasadas elecciones en donde se optó por un nuevo formato de gobierno, bajo otro partido político, al quedar más que claro, que el megaparque no es un proyecto de hace unos días y meses, sino de años de prometerse y prometerse.
Entonces, si se tuvo para adquirir el terreno, es porque por igual se tiene el presupuesto ya asignado, separado para responderle a la ciudadanía con esta promesa como alcalde, pues de no ser así, de ahora salir con que no hay recursos, que no se previnieron ni mucho menos se tenían los montos estimados ni programados, se tomaría esto para con el pueblo como una gran mentira.
Visto es que el alcalde Oscar Enrique fracasó en su intento en lograr una diputación local; sin embargo, esa pretensión por supuesto que debe estar más que alejada de sus compromisos para con Nuevo Laredo, lo que conllevaría a cumplir lo que prometió independientemente de sus personales fracasos.
Hoy los neolaredenses requieren de más transparencia en este asunto del megaparque, exigir entonces que muestre las facturas de compra de los toboganes y todos sus aditamentos para su instalación correspondiente.
Informe cuándo y en dónde adquirió los trampolines, flotadores, pasamanos, aditamentos para salvavidas, incluso las máquinas bombeadoras de agua para las tan mencionadas albercas.
Exigir al alcalde Oscar Enrique publique en todos los medios de comunicación la maqueta oficial, el trazo que se tiene para distribuir las techumbres, los senderos, en sí los planos completos de este megaparque, si ya adquirió los equipos de ejercitación física al aire libre, cuántos, y de qué calidad son, si los compró con proveedores de esta ciudad o fueron a adquirirlos en otro Estado.
No se ha visto por ninguna parte dónde el alcalde Oscar Enrique mencione las dimensiones reales del megaparque, si se va a construir todo o en partes, si aún está contemplado en su inicial construcción el estadio de beisbol que prometió, saber de parte del alcalde Oscar Enrique si sigue por igual en pie el proyecto del centro de convenciones dentro de dicho complejo, externar en qué consiste esa famosa “ancla” de la que ha hecho mención como inicial construcción.
A estas alturas de tiempo y de cambio de administración municipal sí que se ve difícil que esta promesa del alcalde Oscar Enrique Rivas Cuéllar vea la luz, al estar enfrentando una cuestión ya legal por un grupo de deportistas y ambientalistas que se sienten ofendidos por el mal trato y cambio de uso de dicho terreno.
Entonces, no quedaría a la autoridad municipal más que desistirse de dicho proyecto, al ya no poder cumplir en meses, los mismos que dura su actual administración.
Así confirmar, que ese proyecto del tan mencionado megaparque, no era más que un eslabón más de promesas y falsedades muy retroalimentadas, por lo que nada raro sería a estas alturas escuchar de la autoridad el decir que no lo dejaron hacer, el llevarlo a cabo, cuando se sabe tuvo todo el tiempo y recursos para poder edificarlo.
Por esto, y por esa certeza de que ya no se llevará a cabo nada de este centro de entretenimiento y diversión familiar, y por el término como alcalde del contador público Oscar Enrique Rivas Cuéllar, no quedan más que solicitarle tres cosas a la nueva y futura alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas:
Primero, que de existir, le indique al actual alcalde Oscar Enrique Rivas Cuéllar dónde están todas las piezas, aditamentos, toboganes, etc., para justificar el dinero gastado y devolverlas o rematarlas; segundo, de no existir compra alguna, diga cuánto dinero se tiene para lo arriba antes mencionado, al entender que se tuvo que separar, apartar dichos recursos; tercero, obligarlo a retractarse, en consecuencia, recuperar para bien de Nuevo Laredo, el dinero invertido en la compra de tan irregular y problemático terreno.
Carmen Lilia Canturosas, ¡no queremos megaparque!
Escrito en OPINIÓN el