SENTIR CÍVICO

La justicia llega

Escrito en OPINIÓN el

Ensordecidos por la ambición, cegados por la soberbia. Así llegaron los candidatos del PAN a la elección. Rivas jugando golf el sábado previo, Chava Rosas confiado abandonó varias veces la campaña para viajes personales, Yahleel absorta ante su realidad. El 6 de junio fue contundente, el mensaje claro, fueron humillados, y desafortunadamente aún no han entendido la lección.

La derrota no fue solamente electoral, sino moral. Nunca entendieron su propia realidad. Enrique Rivas daba lástima en una rueda de prensa aun defendiendo su triunfo, después de que Gabriela Regalado, sin ningún panorámico, sin lonas, sin nada, trabajando sólo con voluntad a ras de tierra, le ganara dos a uno en una muestra más que evidente del repudio que le tiene la gente a él. Chava decidió salir de la ciudad y enfrentar la derrota ausente, a pesar de que muchas veces, en muchos lugares, se jactaba de estar muy confiado de su victoria contra Ana Laura Huerta. Y en cuanto a Yahleel, todos la vimos, mostrando claramente su frustración que llegó a rayar en la locura.

Cometieron errores, muchos, provocados por su propia soberbia. Se confiaron en su dinero, en el poder, compraron credenciales de elector, repartieron despensas a diestra y siniestra, crearon una estructura carísima de compra de voto, compraron opiniones, plumas y medios de comunicación para repetir sus mentiras; todo financiado por el gobierno local y estatal y patrocinadores con muchos intereses de por medio. Llegaron a la intimidación, primero con mensajes de texto, luego fueron subiendo, al grado de que yo mismo fui atacado violentamente en el evento de cierre de la propia Yahleel Abdala.

El golpe para ellos fue brutal. Habían concebido un triunfo a base de dinero, de poder, de intimidación y violencia. Muy lejos de los principios que su propio partido pregona, pero muy a la par al actuar propio de su líder en el Estado, Cabeza de Vaca. Un comportamiento delincuencial, vergonzoso, lamentable. Pero su soberbia nos les permitió siquiera pensar en la derrota. A Yahleel le dieron otros datos. La gente en las redes sociales la destruyó. Sus primeras imágenes mostraban su desesperación que se convirtió en frustración y luego asemejó a la locura. Sacaba votos de quién sabe dónde, repetía mentiras sin sustento, en una clara aplicación de la estrategia Nazi de Joseph Goebbels de repetir la mentira mil veces hasta que se hiciera verdad.

Rivas se sentó en esa rueda de prensa después de las elecciones, tomó el micrófono y sacó lo que llevaba en su alma: basura. Los demás en la mesa se veían incrédulos ante las declaraciones. Decía que él había ganado, que le habían hecho fraude, que en las calles no le ganaban. Perdió dos a uno, casi 10 mil votos de diferencia. Aun así, fuentes cercanas a él aseguran que está renuente a creer que la gente no lo quiere. Dice que todo es una operación política en su contra. Asegura que el pueblo lo quiere, tanto así que en un par de años retomará su vida política con aspiraciones a recuperar la alcaldía, pues cuenta con el apoyo arrollador de la población. Palabras del hombre que traicionó a tantos. Mismo que en 2018 sacó la mitad de votos que en 2016 y que en 2021 apenas y pudo sacar alrededor de 16 mil. Es decir, en 2016, con el apoyo de la buena administración de Carlos Canturosas y el cariño que el propio Carlos tenía de la población (quien recibió 86 mil votos en 2013), obtuvo 78 mil 119 votos; en 2018 sólo 47 mil votos; en el 2021 alcanzó apenas 16 mil votos. Muestra clara del desprestigio, repudio y coraje que le tiene la población.

Fueron los arquitectos de su propio destino. Cosecharon lo que sembraron en estos cinco años: odios, rencores, traiciones, corrupción, dolor. Rivas se va humillado, manchado por la sombra de la corrupción y con cuentas por pagar. Yahleel dilapidó en los últimos días lo poco que le quedaba de dignidad y cordura. Chava, sanando las heridas lejos. Moyo e Imelda serán nada sin el apoyo que les daba el gobierno municipal y estatal. Todos ellos condenados a estar donde se han ganado a pulso un lugar: el basurero de la historia.

Entrará una nueva administración que, aunque sé no buscará venganzas ni entrará con rencores, filias ni fobias, si tendrá el fuerte reclamo social de justicia. La ciudad fue muy lastimada y quiere que se devuelva todo aquello robado durante los últimos cinco años de mala administración y corrupción. Somos muchos los que así lo anhelamos. Tanto se anhela que hace un par de días le envié un mensaje a José Luis Morante diciéndole: la justicia llega. Un mensaje para todos. La justicia llega y ya empezó a llegar.