COSAS DE MI PUEBLO Y DEL OTRO LADO

30 de abril, Día del Niño

Escrito en OPINIÓN el

Hace muchos años, más de 30, que en una ocasión igual a la de hoy, o sea un Día del Niño, escribí lo siguiente, lo comparto para todos los niños de los dos Laredos:

¿QUÉ ES UN NIÑO?
Un niño es agua fresca, limpia ay transparente que brota del manantial dela vida. Corre, salta, se estrella y estalla en mil gotas brillantes de luz.
Cuando crezca y sea río, estará contaminado de todo lo que a su paso por el mundo y la vida irá recogiendo; desechos el hombre.
Un niño es brisa suave en la mañana, con olor a verde y sabor de nube que acaricia todo lo que toca. Cuando crezca será viento que levantará tolvaneras y derribará árboles, perderá su suavidad, su olor a verde y su sabor a nube.
Un niño es botón de rosa con tallo de terciopelo, cuando se abra y sea flor, habrá creado duras espinas para protegerse.
Un niño es un pájaro alegre y libre que llena el espacio de color, sonidos y movimiento y es todo un himno a la libertad. Cuando crezca lo encerrarán en una jaula, casa u oficina, industria o taller y su canto será un lamento de tristeza.
Un niño es una ventana, ventana de la vida, si lo ves por fuera, puedes ver el pasado, si lo ves por dentro, descubres el futuro y siempre está abierta para el que quiera ver. Cuando crezca, estará cerrada, cubierta su transparencia con cortinas de sabiduría, y tendrá rejas de prejuicios.
Un niño arrastra el pasado y es pesado, por eso lo va tirando poco a poco y acomodando en los huecos el futuro que construye como Dios, ¡de la nada!
Cuando crezca, los que venimos delante (o detrás) ya recogimos todo y se lo cargamos a cuestas y tiene que cargar pasado y futuro, pierde la noción del tiempo, no encuentra su espacio. ¿Dónde acomodar lo suyo si ya no le dejamos lugar?
Un niño es una posibilidad, una propuesta, una promesa, una ilusión, una esperanza. Es un camino nuevo nunca antes recorrido, que nos lleva a la fantasía, a lo desconocido, a lo imposible, a la irrealidad. Cuando crezca lo habrán asfaltado y llevará a los mismos lugares, ilusiones rotas, esperanzas muertas.
Un niño es palabra nueva, el poema no escrito, la canción no cantada, la nueva verdad. Cuando crezca hablará palabras viejas y gastadas que perdieron su significado de tanto no significar y su verdad no lo será más.
Un niño es el que sabe que los animales halaban, que la luna se mueve, que el sol duerme de noche y las estrellas saltan jubilosas y que si estiramos las manos las podemos agarrar. Sabe que las montañas van donde quieren y las piedras también, lo sabe porque lo ha visto. Cuando crezca todo esto lo olvidará y ya no lo harán feliz, pero habrá aprendido otras cosas, viejas verdades que ya son mentiras, pero que son las columnas que sostienen toda la historia del hombre. ¡Ojalá las pudiera derribar!
Un niño es un regalo de Dios. Nos lo manda para saciar nuestra sed con agua fresca pura y cristalina, para que respiremos aire puro con olor a verde y sabor a nube. Nos lo manda para vivir siempre en primavera, trinos en su risa, luz en sus ojos, pétalos en su piel, mariposas en las manos y su presencia toda: El Sol.
Nos lo manda Dios para redimir nuestras culpas, perdonar nuestros pecados, corregir nuestros errores. Un niño es una segunda oportunidad.
A los niños los manda Dios para abrir nuevos caminos, descubrir la verdad, inventar la palabra y con ella escribir una nueva canción que sea un poema de amor a la viday al hombre, un poema de amor que sea un nuevo salmo al Señor.
Pero, ¿qué hacemos de los niños?