El pasado día 8 se conmemoró en todo el mundo “el día de la mujer”, obviamente muchos incautos, yo entre ellos, nos arrancamos felicitando a cuanta mujer se nos presentaba en el camino, personalmente, en chats, Facebook y de todas las maneras imaginables, de pronto mi hija me reconviene: “No hay nada que festejar”, y me envía una serie de fotos y datos de la marcha que fuera cruelmente reprimida, muriendo muchas de ellas, esto daría origen a que este día fuera declarado mundialmente “el día de la mujer”. Y aquí es donde no entiendo, si es el día de la mujer, pues hay que felicitarla e incluso festejarla, pero resulta que sí, pero no. O sea, quién sabe.
Para mi muy particular punto de vista, si se declara “día de la mujer” hay que festejar a la mujer, pero como el antecedente es muy triste por la tremenda represión de que fueron objeto, entonces sólo se debe de conmemorar, esa fecha. ¿Pero entonces para qué dicen que es el día de la mujer? Como que nos sacan de onda. Creo que lo correcto hubiera sido declarar el día mundial de la lucha de la mujer y así todo queda claro. No las felicitamos ni enviamos flores, sólo ponemos cara de: ¡What! Sin embargo, creo que bien vale la pena reflexionar un poco sobre este hecho.
La mujer ha sido históricamente sometida a la autoridad del varón, esto se da en todas las culturas, en unas más que en otras, no sólo es la “cultura patriarcal de tradición judea cristiana”. Aquí en México, data de las culturas prehispánicas. Los Náhuatl recomendaban a sus hijas una actitud dócil y servil, hacerse cargo del marido, hijos y hogar, o sea igual que en las demás culturas y hasta nuestros tiempos. Con estos conceptos e ideas fuimos criados la mayoría, eso era de lo más normal. Sería a partir de finales de los 60 y sobre todo en los 70, cuando surge y se fortalece un movimiento feminista con el fin de reivindicar sus derechos, larga ha sido la lucha y poco el avance.
En mi caso y casa, se vivía de muchas maneras la equidad de sexos (que no de género, género tienen las palabras, los seres tenemos sexo). Cada semana nos reuníamos para repartir las tareas del hogar, todos teníamos que entrarle a todo. Para mí era de los más común y normal, planchar mis camisas o pantalones, subirles la bastilla, lavar las vasijas, etc. Cuando me casé, mi madre le dijo a mi esposa: “Te lo entrego bien educado, allá tú si lo echas a perder”. Sin embargo, de alguna manera prevalecía el concepto de que el hombre manda en la casa y la verdad, no funcionó.
Creo que las decisiones de todas las actividades de la familia se han de tomar de común acuerdo entre el matrimonio e incluso con los hijos, pues son parte de la familia, analizarlas, ponderar sus consecuencias y decidir lo que creamos es mejor. Lo grave es que estas ideas se viven en pocos hogares, en la inmensa mayoría aún prevalece el machismo trasnochado decimonónico, auspiciado por mujeres que creen en él. Mientras en los hogares se siga educando a los hijos con estas ideas, de nada servirán marchas y plantones de feministas, el problema es de origen. Qué triste es ver y oír a las madres decirles a sus hijas: “Sírvele de comer a tu hermano, plánchale la camisa, atiéndelo, él es hombre”. Ahí se está formando un machista, acosador y hasta violador.
No estoy en contra del movimiento feminista, al contrario, lo aplaudo, pero han enfocado mal sus baterías, no es el gobierno el que debe de resolver la violencia en el hogar, acosos y violaciones, sino en los hogares es donde se deben de formar a varones íntegros, que sepan valorar y respetar a la mujer, y mujeres que sean capaces de no aceptar estas imposiciones y se hagan respetar.
No entiendo qué tiene que ver esa lucha por la despenalización del aborto, aduciendo que la mujer es dueña de su cuerpo, eso no se discute, pero ¿no es mejor evitar un embarazo no deseado para no verse en la perspectiva de abortar? Ahora ya no son tabú los múltiples métodos anticonceptivos, incluso la píldora del día siguiente. Sólo en caso de violación o que esté en peligro la vida de la madre, se justifica y perdona.
Por mí, que lo despenalicen y que cada mujer que aborte por estúpidamente haberse descuidado, que lo lleve en su conciencia. Pero bueno, la mujer es y será siempre la suprema creación de la vida, compleja, impredecible incomprensible, pero, aceptemos, sin ella no podríamos vivir, además de que gracias a una mujer estamos aquí.
Gracias amable lector por la gentileza de su atención, le deseo un excelente fin de semana en familia, disfrútela, ya mero regresan a clase los hijos y los hogares quedarán nuevamente vacíos.
O sí, o no, Día de la Mujer
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