Anthony Fauci -asesor presidencial, experto en Covid y en Sida, y quizás el doctor más famoso e influyente del mundo- tendrá en este 2021 la navidad que hubiera querido el año pasado (nota: es jueves en redacción). Fauci y su esposa la doctora Christine Grady, la van a pasar -por fin- con sus tres hijas, como es su tradición. A pesar del Ómicron. Eso me dijo en una entrevista. El año pasado no pudieron pasar juntos la navidad ni el día de Acción de Gracias.
“Estoy planeando que (mis hijas) vengan a casa, provenientes de tres lugares distintos del país, para pasar la navidad con mi esposa y conmigo”, me comentó con una gran sonrisa. “Ellas están vacunadas, nosotros estamos vacunados, y son muy cuidadosas y prudentes al usar una mascarilla cuando van a un lugar cerrado. Creo que vamos a poder celebrar una navidad en familia, algo que no habíamos podido hacer en dos años”.
- “No quisiera meterme mucho en sus asuntos familiares”, le dije, “pero cuando estén todos sentados en la mesa ¿van a usar cubrebocas?”.
- “Absolutamente no”, me contestó. “Cuando todos están vacunados y estás en casa con tu familia, no es necesario usar una máscara”.
Claro, el problema son los que no se quieren vacunar.
La mayor parte de los contagios y las muertes por coronavirus se han dado entre los que no han recibido la vacuna. Imposible culpar a los que quisieran vacunarse y no pueden en los lugares más pobres de Asia, África y América Latina. Sólo unos 100 millones de personas -o el 7.5 por ciento de la población- han sido vacunadas en África, según la Organización Mundial de la Salud. Pero lo imperdonable es tener la posibilidad de vacunarse en Estados Unidos o en Europa y no hacerlo.
“Hemos visto que alrededor del 80 por ciento de las personas que están en la zona de urgencias con coronavirus y necesitan soporte respiratorio, no está vacunada”, le dijo la enfermera Mary Santomil del hospital St. Mary’s de Londres a la BBC. “Y nos da miedo. Entonces nos parece muy injusta, egoísta e ignorante la gente que, sin razón, dice: ‘No, no me quiero vacunar’”.
Sí, hay mucha gente que ha muerto por coronavirus y por ignorancia. A pesar de la abundancia de vacunas en Estados Unidos, todavía hay 73 millones de estadounidenses que califican para vacunarse y no lo habían hecho.
¿Pasaremos el resto de nuestras vidas así: de una variante a otra, con muchas muertes y contagios?, le pregunté al doctor Fauci. “No lo creo”, me dijo. “Si continuamos vacunando a la gente y dándole una dosis de refuerzo, tarde o temprano vamos a tener suficiente protección por las vacunas y por gente que ya se infectó y se ha recuperado”.
El reto está en convencer a los que no se quieren vacunar y en enviar millones de vacunas a los rincones más olvidados del planeta. Es muy injusto que en Estados Unidos haya la posibilidad de ponerse una tercera dosis en cualquier farmacia y que en el sur de África, donde se desarrolló la variante Ómicron, millones no pueden ponerse una sola. ¿Es esa nuestra culpa?, le pregunté a Fauci.
“Siempre he mantenido que tenemos la responsabilidad moral, como una nación rica, de intervenir y salvar vidas en los países que no tienen los recursos para hacerlo”, me dijo. “Estados Unidos ya ha donado más vacunas a los países en desarrollo que todas las demás naciones juntas. Hemos dado o prometido mil 100 millones de dosis a países con ingresos medios o bajos”.
La variante Ómicron, descubierta apenas en noviembre, nos ha obligado a todos a repensar nuestros planes de fin de año. El 2022 ya no se ve tan bonito. El mundo, como una almeja al contacto con el limón, se ha vuelto a cerrar. Y no sabemos cuándo se volverá a abrir. El hartazgo es acumulativo.
Aún así, cada vez que hablo con el doctor Fauci me sorprende su entusiasmo. Todos los días su trabajo lo enfrenta a la muerte. Pero su actitud es la de un gran optimista que no se pierde ningún detalle. Este hombre que ha dado cientos de entrevistas durante la pandemia, se acordó del nombre de mi hija y antes de despedirse le envió un saludo. ¿Quién hace eso en estos días tan grises?
Esta navidad el doctor Fauci tendrá una velita más. El 24 de diciembre cumple 81 años. Y no quiere retirarse. Como lo dijo recientemente, trabajará hasta que el Covid-19 pueda verse en “el espejo retrovisor”.
@jorgeramosnews
La Navidad del doctor Fauci
Escrito en OPINIÓN el