En la sesión de cabildo de ayer se presentó el regidor Jorge Valdez, luego de una notoria ausencia, con su salud visiblemente muy desmejorada, pero aún así, abordó temas críticos como el episodio de la mañana en el que el estado prácticamente corrió al municipio y con ello a los neolaredenses que acudían a un evento navideño en los Olivos 2, que al final lo tuvieron que llevar a cabo en la calle.
En este sentido, el estado ha estado reafirmando una actitud muy revanchista con Nuevo Laredo, incluso hasta cierto punto muy infantil, que se vio particularmente acentuada con la irrupción de los Tamules, pero la gota que derramó el vaso fue el último incidente en Los Olivos 2, pues eran cerca de mil 500 neolaredenses, incluídos muchos niños, que se disponían a recibir regalos navideños, cuando el estado hizo su gracia.
La verdad es que lejos de hacer ver mal al municipio con estas acciones, el estado queda más y más como villano, aunque antes de todo esto ya era un ente mal visto, pues la administración de Cabeza de Vaca ha figurado más por sus escándalos que por otra cosa, sobre todo es percibido como indolente ante las necesidades de los tamaulipecos.
Yahleel Abdala sería llamada a declarar ante el Congreso del Estado, junto con el capitán José Ontiveros Molina, secretario de Seguridad Pública, por aquel episodio en el que el gobierno estatal irrumpió el 16 de diciembre en los 6 centros de Bienestar en Nuevo Laredo, algunos de ellos, Tamul, para ser reclamados como patrimonio estatal.
De hecho, Yahleel ha estado muy activa en redes sociales para abordar este tema con su forma característica de hacerlo, con esa sonrisa forzada y su evidente coraje a flor de piel que cada vez aleja más a los simpatizantes que aún le quedan, luego de que esas mismas actitudes le restarán adeptos al concluir su campaña.