La vida es sedentaria. Muchísimas actividades del mundo moderno se reducen a estar sentado frente a una computadora por muchas horas. Gracias a la pandemia, incluso, las reuniones presenciales -en donde uno tenía que ir- se han suprimido y ahora se hacen a través de programas como Zoom o Google Meeting. Las actividades deportivas están a la baja precisamente porque en el trabajo actual se tiene poco tiempo y además, en ocasiones hay que pagar el ir a un gimnasio para poder mantenerse en forma.
Por ello, la tecnología ha decidido desde hace tiempo involucrarse en estas actividades. Por ejemplo, la empresa de tenis Nike, sacó hace algunos años un pequeño dispositivo, que se ponía en un agujero que tenían los tenis de dicha marca, y que se conectaba vía BlueTooth con un iPod de la marca Apple. El dispositivo costaba unos 30 dólares y la pila le duraba unos seis a ocho meses. No se podía recargar y había que comprar otro después de agotarse la energía. Pero este aparatito en el pie registraba el movimiento del que caminaba o corría con los zapatos Nike. Podía medir distancias y tiempos y así llevar control de la actividad física del poseedor de este gadget. Más aún, el sistema podía conectarse a una página web y entonces el sistema mostraba la actividad del usuario con diversas gráficas. Con ellas se podía saber qué mejorar, si había que hacer más ejercicio o quizás disminuir un poco. Vamos, era una especie de entrenador automatizado.
Pero el tiempo pasó y la electrónica se miniaturizó cada vez más. Hoy existen las bandas de salud, que son relojes delgados, de relativo bajo costo, que tienen un número interesante de funciones -como el antiguo dispositivo de Nike- con la ventaja de que todo se puede controlar desde el teléfono. Estas bandas tienen una pequeña pantalla OLED de color, la cual presenta la información del usuario, los pasos que camina, el ejercicio que hace, la actividad física que realiza. Más aún, es posible usar el teléfono inteligente para así vincular la banda y llevar un control detallado de nuestras actividades físicas.
Aunque hay bandas de salud populares, como la Xiaomi Band 4 o la Oppo Health Band, hay otras -de fabricantes menos conocidos- que tienen aproximadamente las mismas funciones que las dos mencionadas inicialmente. Por ejemplo, prácticamente la mayoría de las bandas de salud, donde abundan las de marcas chinas, pueden sugerir al usuario momentos para hacer ejercicio. Estas microcomputadoras en las muñecas pueden ahora registrar cómo y cuándo nos movemos, de manera que la actividad física está más presente en nuestras actividades. Algunas bandas de salud permiten medir la oxigenación de la sangre, asunto importante desde que el coronavirus llegó a instalarse como la pandemia interminable. También, desde luego, estas bandas pueden medir el pulso del usuario y una que otra incluso promete poder medir la presión arterial e incluso, la posibilidad de hacer una especie de electrocardiograma.
Y aunque estas computadoras de muñeca son cada vez más poderosas, hay que tener en cuenta que son simples ayudantes electrónicos para hacernos la vida menos complicada y más saludable. Evidentemente, si el aparatito marca un pulso irregular no quiere decir que tengamos un ataque al corazón de forma inminente, pero sí nos podría indicar que estemos en observación, por decirlo de alguna manera, para así cuidar más la salud.
Estos dispositivos van desde unos 150 pesos hasta unos mil pesos, dependiendo de la marca de la banda de salud, así como de las capacidades que tienen. Sin embargo, una banda con muchísimas opciones no necesariamente es la mejor. Probablemente muchas funciones la mayoría de los usuarios no las utilicen, por lo que es importante ver qué tanto hace la banda que queremos comprar y si cumple con nuestras expectativas. Una banda con mil funciones que no usamos puede ser costosa mientras que una banda de salud con las funciones básicas quizás sea suficiente.
Es claro que el teléfono inteligente aquí es importante, porque la banda se vincula al teléfono y entonces los reportes de sueño, de actividad, de pulso, de oxigenación, etcétera, se registran en el dispositivo móvil y se van guardando, llevando así un histórico. Me parece que estos gadgets de salud -a la larga- pueden ser benéficos a las personas porque sin duda, hay que estar activo, en forma, para tener una mejor calidad de vida. La electrónica moderna nos provee esta posibilidad. Sería ridículo ignorarla.
Gadgets para una vida sana
Escrito en OPINIÓN el