Es septiembre y la ciudad no lo refleja, independientemente de que sea temporada de pandemia, los adornos en la ciudad -que se supone que son los mismos que cada año desempolvan para colocarlos de nuevo- sólo se ven en el monumento a Benito Juárez y la presidencia municipal, pues las lámparas, el Palacio Federal -que por cierto está cumpliendo 80 años- y otros lugares que regularmente se vestían de colores y luces para las fiestas patrias, ahora están deslucidos.
Realmente no debería impactar el hecho de que este año no habrá desfile ni evento del Grito de Independencia, entendiendo que era imperativa la suspensión de toda clase de eventos multitudinarios en el país.
Al menos en Nuevo Laredo se acabaron los “cachitos” de la llamada rifa del avión presidencial, sin duda fue en los últimos días cuando la gente sintió que era su última oportunidad de adquirir uno de esos boletos, razón por la que se generó una demanda extraordinaria que llevó a agotar la existencia.
En redes sociales muchos neolaredenses publicaron fotos con uno o varios “cachitos” para esa rifa, en la que si bien algunos tienen la esperanza de poder ganarse uno de los 100 premios millonarios, algunos otros señalaron que incluso si no ganan, es un buen recuerdo que guardarán, además de contribuir a una buena causa, pues el destino de lo recolectado sería el Sector Salud.
Toda la expectativa está sobre la posible declaratoria de cambio de fase para Nuevo Laredo este 14 de septiembre -para entrar en vigor al día siguiente-, lo que daría a cines, gimnasios y hasta algunos otros espacios deportivos, claro no en su total normalidad como la conocíamos, pero sí sería un paso significativo para muchos establecimientos y lugares que han estado cerrados por casi medio año.
Sin duda cambiar de fase es algo que muchos han esperado con ansias, pero también, socialmente, podría generar una falsa sensación de que todo vuelve a ser como antes y por ende generar una relajación social aún mayor de las medidas y derivar en un repunte en los contagios de Covid-19, es por eso que debe ser tomado con mucha responsabilidad tanto por ciudadanos como autoridades.
En todo esto debemos precisar que el criterio para declarar un cambio de fase en los municipios tamaulipecos no está del todo definido, al menos no han dado a conocer los datos específicos de ese criterio, pues se supone que se basa en la proporción de capacidad hospitalaria para atender pacientes con Covid-19 con respecto a la cantidad de nuevos contagios y hospitalizaciones, así como defunciones por esa misma causa; bajo ese criterio, en teoría Nuevo Laredo estaría cumpliendo con lo anterior, pero al final, es el Estado el que estaría definiendo el destino económico de muchos giros comerciales.
Otra expectativa muy latente es la apertura de los puentes internacionales a los mexicanos con visa de turista, pues los comerciantes de Laredo han señalado en múltiples ocasiones que sus ingresos dependen de dicho segmento.
En teoría, reaperturar el flujo entre ambos países sería económicamente beneficioso para todos, pues todo este tiempo esa dinámica que tanto definía la economía de los dos Laredos se interrumpió de forma drástica y demasiado prolongada, en un evento sin precedentes en la historia reciente, obviamente motivado por la pandemia que arrasó a nivel mundial.
Mientras que algunos creen que existen posibilidades de que este 21 de septiembre se den buenas noticias en este sentido, otros creen que la probabilidad se inclina más para el mes de noviembre, como una última oportunidad de tener ingresos con motivo de las ventas navideñas, pero la amenaza de que la llegada del invierno derive en un repunte de enfermedades respiratorias de manera paralela a un rebrote del Sars Cov-2, genera un panorama de incertidumbre.