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Nuestra vida está llena de altibajos, por lo que prepararse para todo momento es sumamente importante. Hay que saber aprovechar los tiempos buenos para poder guardar y prever para los tiempos malos. Esta es una gran lección que el hombre más rico del mundo nos enseñó hace miles de años.
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El hombre más rico del mundo, el Rey Salomón, con más de 100 mil millones de dólares en el banco, solía aconsejarle a su pueblo, que aprendieran de las hormigas. Esos seres que, sin capitán ni jefe que los mande, ahorran durante el verano para cuando llegue el invierno.
Muchas personas se consideran ahorradoras, y tratan de guardar y de ahorrar todo centavo que encuentren. Otros, en cambio, se ven como “inversores”, que en general es la forma de pensar de mucha gente. Estas personas son las que comúnmente hablan de “invertir” en una computadora, en un auto nuevo o en un televisor para el hogar. Pero olvidan que no podemos ahorrar gastando.
Aunque las campañas publicitarias nos siguieran siempre con el… “compre y ahorre” o “compre ahora y ahorre después”, es importante notar que no podemos gastar y ahorrar al mismo tiempo. La excepción es cuando compramos para satisfacer una necesidad real y la compra se hace a un precio más barato del regular. Es por eso por lo que debemos clarificar dos conceptos importantes: la necesidad y el deseo.
En la Psicología se estudia, la “Escala de Maslow”. Ésta divide las necesidades del ser humano en cinco esferas generales que van desde las más básicas (fisiológicas) hasta el sentimiento de autorrealización. Entre ellas se encuentran otras esferas como la necesidad de seguridad, de aceptación y de estima propia, todas muy importantes.
Una “necesidad económica” es todas aquellas cosas que realmente necesitamos para sobrevivir: alimentos, ropa, un techo que nos albergue, etc. No sólo cosas materiales, sino todo lo que necesitamos para sobrevivir como seres humanos. También se incluyen la seguridad, la salud y el transporte, entre otros. Debemos darles a nuestras necesidades el nivel de prioridad más alto.
Ahora bien es recomendable que busquemos suplirlas a toda costa. Allí deben ir nuestros recursos financieros sin mayores dudas.
Cuando hablamos de las compras que “tenemos” que hacer, no se trata de una necesidad sino de un deseo. Éste puede ser cualitativo (en el que expresamos el deseo de una calidad más alta que la necesidad real) o uno propiamente dicho (en el que simplemente queremos tener algo que nos gusta). Sin embargo, hay que recordar que pudiéramos satisfacer nuestros deseos después de haber satisfecho nuestras necesidades, si aún tenemos los recursos económicos para ello.
Por lo tanto, antes de salir de compras, debemos tener clara la diferencia entre una necesidad y un deseo. En estos días, la gente tiende a decir: “necesito una computadora” o “necesitamos una cámara digital para sacar fotos” cuando, en realidad, deberían decir: “¡cómo me gustaría comprarme una computadora!” o “¡cómo nos gustaría tener una cámara digital!”.
Lamentablemente, en los últimos treinta y cinco años, la ciencia de la mercadotecnia nos ha tratado de convencer de que los deseos son “necesidades”. Cuando en realidad no es así, esto a través de diversas técnicas de publicidad que manipulan nuestro inconsciente, por medio de los sesgos cognitivos que nos conducirán a la toma de decisiones en nuestro consiente. Es entonces cuando empezamos a experimentar una ansiedad interior que nos impulsa a satisfacerla. Por lo tanto, en vez de ahorrar para el invierno de la vida, gastamos cada centavo durante el verano. Es entonces cuando dejamos ir el dinero en cosas que podrían esperar y nos olvidamos de proveer para aquello que realmente necesitamos (en forma inmediata o a largo plazo).
Aprendamos de las hormigas: ahorremos mientras podamos para cuando vengan los tiempos difíciles.
“El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias”. Proverbios 27:12 (NVI).
La gran crisis económica aun no comienza; sin embargo, es necesario que hoy aprendamos a manejar nuestras finanzas, ya que los tiempos serán más difíciles cada vez. En tus manos está el tomar la decisión de prepararte y prever para el futuro, controlando tu presente. Recuerda que podemos apoyarte por medio de cursos y talleres en línea.
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¡Hasta pronto!
* Instructor Financiero - Cultura Financiera
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