De las dos siguientes frases, ¿con cuál está usted de acuerdo? 1.- En Tamaulipas hay un sistema anticorrupción eficiente, que ha dado resultados que todos conocemos. 2.- En Tamaulipas el sistema anticorrupción no ha dado resultados suficientes y parece sólo un instrumento político. Aquí van algunos puntos para entender: El Fiscal Anticorrupción NO es autónomo. Depende del Fiscal General, que es el mismo que puso el Gobernador como Procurador, o sea, le cambiaron el título de su cargo, pero es el mismo, en el mismo lugar y con el mismo poder y el mismo jefe. El Fiscal Anticorrupción está amarrado al gobierno actual, por lo tanto obedece intereses del partido y del gobernante en turno. ¿No lo cree? Por ejemplo, el diputado local Rafael González Benavides le dijo al reportero José Saldaña, en Ciudad Victoria, que “para garantizar un mejor funcionamiento del Sistema Estatal Anticorrupción, el Fiscal Anticorrupción debe ser autónomo y no depender del gobierno estatal”. Fue más claro, al señalar que el Fiscal Anticorrupción revisa una pequeña cantidad de funcionarios y servidores públicos, y con especial énfasis a los posibles adversarios del gobierno, mientras que consiente a los favoritos de la actual administración. “Hay que hacer énfasis de que la revisión sea más exhaustiva, si tu revisas el 20% de una cuenta en lugar de revisar el 80%... O a mis amigos les reviso poquito y a mis enemigos les reviso mucho... Tienes que hacer una revisión más exhaustiva”, apunta González Benavides. Por supuesto que sabe lo que dice, representa a parte de la minoría priista en el Congreso dominado actualmente por el PAN. La Fiscalía Anticorrupción hace un trabajo que parece estar enfocado en venganzas, y no en resultados eficientes. en eso, González Benavides quizá tenga razón. ¿Sirve el Sistema Estatal Anticorrupción al pueblo, o sólo cobra venganzas que le ordena el gobierno actual? ¿Usted qué opina?
Fiscal Anticorrupción, instrumento de ¿venganzas políticas?
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