La celebración a la Virgen de Guadalupe no descansa, continúa viva, encendida y palpitante las 24 horas del día hasta el mañana domingo. Entre cantos, pasos cansados y miradas emocionadas, miles de familias, algunas caracterizadas de guadalupanos y Juan Diegos, siguen llegando al Santuario para agradecer los favores recibidos y cumplir sus mandas.
La madrugada comenzó con las tradicionales “Mañanitas”, que desbordaron no solo el templo, sino también las calles y la capilla externa. “Una respuesta preciosa de entrega, de devoción, de fe. El Santuario estuvo lleno, el templo, las calles. Una entrega total, como María se entregó en todo momento”, expresó el párroco Armando Arizola, de la iglesia y el Santuario de Nuestra Virgen de Guadalupe.
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El flujo de peregrinos, que ayer viernes ya superaba expectativas, promete romper récord durante el día. Aunque inicialmente se esperaban unas 60 mil personas, desde la noche del jueves “no cabía ni un alma, ni afuera ni adentro”.
Para el sacerdote, el orden y respeto de los fieles ha sido un símbolo de unión. “Eso significa mucho: queremos estar en armonía, como hermanos, tener paz y llegar al templo para ver a la Santísima Virgen María y encomendarnos”, expresó.
