Algunos malos hábitos y costumbres llegan a acabar con la armonía en la comunidad, pero son tres las quejas más comunes que los neolaredenses manifiestan.
En una publicación realizada por El Mañana, sobre “Las cinco cosas que los habitantes de Nuevo Laredo hacen y son muy molestas”, lectores opinaron y la mayoría coincide en las tres primeras: falta cultura vial, la música elevada es muy molesta y que el problema de perros callejeros y sin control debe atenderse.
En la publicación, algunos señalaron que los automovilistas no respetan el reglamento de vialidad, conducen mal y no les importa causar daños o molestias a terceros, como quienes se estacionan en cajones para discapacitados o en doble fila. “Que se estacionen en doble fila, que haya tantos topes haciendo lento el tráfico, que los camiones urbanos van de mal en peor, que haya tantos terrenos baldíos de oquis”, opinó José Ochoa.
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Queja frecuente
Otra de las quejas frecuentes es por el ruido, que negocios y domicilios colocan bocinas con volumen demasiado alto y hasta altas horas de la madrugada. “La música a todo volumen en domingo por la noche hasta la madrugada del lunes y pues el lunes hay gente que sí trabaja y niños que van a la escuela”, se lee en otro comentario.
Otros usuarios se quejaron, pero lo tomaron con humor: “A mí en lo personal me molesta que hagan carne asada mis vecinos y pongan su bocina de Coppel y estén tomando cerveza todos los fines de semana, neta me molesta que no me inviten”, dijo Miguel Perales.
Ciudadanos coinciden en que su “dolor de cabeza” son los autos que permanecen por años abandonados en la calle, o quienes tiran basura desde sus carros o desde el transporte público. También señalaron a los que colocan botes y otros artículos en la vía pública para que no se estacionen, apropiándose así de gran parte de la cuadra. “Que se adueñan de las calles y parezca yonke, como por ejemplo mi vecino que tiene un carro funcionando y como 20 de chatarra ocupando lugar en la cuadra”, comentó Jeny Ddo, usuaria de Facebook.
Los perros callejeros también aquejan a los ciudadanos y consideran que los dueños deben hacerse cargo de su control e impedir que estén sueltos y se sigan reproduciendo.