Este 17 de septiembre, México fue testigo de un fenómeno astronómico que llamó la atención de aficionados y expertos: una superluna acompañada de un eclipse parcial.
Esta luna llena, la última del verano en el hemisferio norte, no solo se distinguió por su brillo y tamaño superiores al habitual, sino también por la coincidencia con un tenue eclipse que se dejó ver desde algunas regiones del continente.
Superluna y eclipse en los Dos Laredos
El término "superluna" se ha popularizado para describir la fase lunar llena que coincide con el perigeo, es decir, el punto de la órbita lunar más cercano a la Tierra.
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Aunque no es un término estrictamente científico, resulta útil para explicar el aumento perceptible en el tamaño y la luminosidad del satélite natural.
En esta ocasión, la Luna se situó a 355 mil kilómetros de la Tierra, una distancia menor a la media de 384 mil 400 kilómetros, lo que permitió que se viera más imponente.
Desde las 19:40 horas, la superluna ascendió sobre el horizonte mexicano y comenzó su recorrido por el cielo. Pero fue alrededor de las 21:46 cuando el fenómeno alcanzó su punto culminante, ideal para ser capturado en fotografías y videos.
Su tamaño aparente, junto con elementos terrestres como árboles o edificios, creó una ilusión óptica que amplificó aún más su magnificencia.
Sin embargo, la noche reservaba otra sorpresa: un eclipse lunar parcial de baja magnitud. A partir de las 21:12 horas, una mínima porción de la Luna se adentró en la sombra proyectada por la Tierra, lo que provocó un oscurecimiento apenas perceptible para el ojo humano. Este oscurecimiento alcanzó su máximo a las 21:46, cubriendo solo un 3.5% de su superficie.
El próximo evento lunar destacable será el 17 de octubre, cuando la primera luna llena del otoño sea también la superluna más grande y cercana del año. Para quienes buscan un eclipse total, deberán esperar hasta marzo de 2025.