Con un calor de hasta 40 grados que no da tregua, Ana y Carlos pasan largas jornadas viendo pasar a los peatones en el cruce peatonal del Puente Internacional 1, en espera de una limosna.
Los pequeños llegan desde las 5:30 de la mañana en compañía de una mujer que al parecer es su madre, con somnolencia y cansancio en sus rostros, a la espera de que la gente regrese de hacer sus compra de Laredo, Texas, a Nuevo LaredoTamaulipas, para ofrecerles sus productos: chicles y paletas.
En la larga espera, los niños se tiran al piso, en momentos cabeceando pues el sueño los vence, y al paso de la gente, extienden sus manos, ya sea para que les compren un chicle o una paleta o que les den una moneda.
Mientras que la mujer sólo se queda viéndolos, ahí sentada y haciendo señales a la niña, que es la más grandecita pero que no rebasa los 10 años, para que se pare y le ayude a la gente a cargar las enormes bolsas repletas de mandado y, en mejor de los casos, a empujar los carritos, para ganarse uno o dos dólares que les regala la gente.
Entre tanto la mujer, que es acompañada por los pequeños, no se mueve del lugar, y espera que regresen los pequeños para pedirles el dinero.
A pesar de que el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia refiere que la situación de riesgo de niños trabajando ha disminuido, debido a los patrullajes que hace la Unidad de Género, de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y hacen estos reportes, a cuales se acuden para salvaguardar a los menores de edad aún se dan casos de padres de familia que obligan a sus hijos a trabajar.
“Cuando los menores son detectados en riesgo y laborando en las calles, en primer instancia hablamos con los padres de familia, pero si estos casos son repetitivos, por segunda y tercera ocasión, nos hemos visto en la necesidad de llevarlos a la casa hogar para su protección”, explicó José Luis Pintado, director del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Indicó que se cita a los padres en el Sistema DIF y se les pone en claro cuál es la labor que a ellos les corresponde, entre las que está que no deben de estar en la calle y mucho menos trabajando, por los riesgo que esto implica. Los cruceros en donde más se apostan los niños con sus padres son los Puentes Internacionales, Reforma, Paseo Colón y centros comerciales, entre otros.
“Esto se marca más en vacaciones, obviamente los papas argumentan que no tienen dónde dejarlos, y los traen con ellos, trabajando, hemos visto padres que traen bebés recién nacidos y esto no es cuestión de que el niño esté en la escuela o no, es cuestión que debe de estar en su casa y estar bien cuidado”, concluyó.