Al elevar la mirada al cielo neolaredense desde el área conurbada usualmente se encontrará con una obstrucción al paisaje que en ocasiones nos regala hermosos atardeceres; se trata de una gran cantidad de postes y cableado de electricidad, telefonía, internet, televisión de paga, entre otros servicios, todos entrelazados como una enorme telaraña.
A esta problemática se suma el hecho de que muchos de los postes se encuentran en mal estado e incluso a punto de caerse, siendo sostenidos muchas veces sólo por los cables, generando un riesgo para las personas, ya sea que circulen en auto o a pie.
Para los urbanistas locales la mala distribución u ordenamiento de postes que ha prevalecido por años, es un tema que abarca desde contaminación visual así como un riesgo latente para quienes transitan o conducen por espacios en los que existe una gran cantidad de cableado pendiente de un poste, pues muchas veces estos pueden caerse o ser arrancados a consecuencia de accidente vehicular; los cables pueden contener electricidad, provocando descargas.
“El tema de los cables, postes y anuncios ha surgido no de ahora, sino desde hace años, pues generan una mala imagen urbana, así como otros temas que deben ponerse sobre la mesa y que son importantes para mejorar la imagen de la ciudad”, expresó Francisco Villarreal Marrufo, presidente del Colegio de Arquitectos.
Algunos domicilios con terrazas en una planta alta se enfrentan a la cercanía de los cables, tanto que en ocasiones es imposible recargarse sobre la pared o barda que da a la calle, justo donde los cables atraviesan de un lado a otro.
Además, los postes de madera, algunos apenas y se sostienen y generan una mala imagen urbana, junto con espectaculares o anuncios que quitan visibilidad al tráfico vehicular.