Los neolaredenses amanecieron entre la falta de energía eléctrica y por consiguiente el servicio de agua potable suspendido, cables caídos, así como árboles derribados por vientos de entre 90 a 100 kilómetros por hora como parte de los estragos de la tormenta que se registró la noche del martes en Nuevo Laredo.
Desde las 9:30 de la noche, los fuertes vientos y una lluvia intensa azotó la ciudad, provocando el apagón en múltiples sectores. Alrededor de dos horas de lluvia se registraron en la ciudad, lo que dejó un acumulado de 4.7 pulgadas de agua, según el recuento de la Dirección de Protección Civil y Bomberos.
Los potentes vientos derribaron al menos 62 árboles que cayeron en tu totalidad y otros que se quedaron sin enormes ramas. En total, fueron cinco los llamados que la dependencia recibió por autos varados, también se realizó el traslado a un refugio temporal a dos personas vulnerables. Para la atención a la ciudadanía, las cinco subestaciones de Bomberos recibieron los reportes, entre los que destacan, postes y cables caídos, anuncios derribados y fugas de gas.
En coordinación con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Obras Públicas, Tránsito y Vialidad, se atendieron los reportes y hasta ayer seguían los trabajos. Aunado a lo anterior, un área del Centro Cultural presentó algunos daños por la tromba, además de que algunos de los objetos en exhibición en el exterior fueron derribados también por los fuertes vientos.