A la 1:29 de la tarde se hizo de noche en Nuevo Laredo, los automovilistas prendieron sus luces y las aves callaron, mientras cientos fijaban su mirada en el cielo, pues entre las nubes se asomaba un eclipse solar total.
Desde el techo de una casa, los centros de trabajo y en la vía pública, niños y adultos tuvieron la oportunidad de presenciar el fenómeno, que a pesar de las condiciones climatológicas se observó a través de lentes y cristales especiales.
“Yo estaba muy ansioso porque iniciara el eclipse, desde las 7:00 de la mañana quería verlo. Me puse a investigar y me pareció muy interesante, ahora estoy muy emocionado de poder ver el sol cubierto por la luna”, expresó el pequeño Héctor Javier Pérez Rodríguez, de 12 años, quien junto a su hermana y padres, lo observaron en las calles del Centro de la ciudad, con la debida protección.
Para las aves y otras especies, el amanecer ocurrió dos veces en un mismo día, y pese a que algunas personas estuvieron preocupadas por sus mascotas, en las aves fue más notorio el cambio; por ejemplo, algunas especies en el zoológico, el eclipse pasó desapercibido, pues no tuvieron comportamientos fuera de lo normal.
Reynaldo Valdez recordó que de adolescente, cuando vivía en su natal Pánuco, Veracruz, presenció el eclipse total de sol en la década de los 70, pero al estar en un rancho, no tenía televisión para verlo, además de que su familia no le permitió voltear hacia el cielo y ver el fenómeno que ocurría en ese entonces, pero ahora tuvo la oportunidad de verlo al menos por unos instantes, con la ayuda de lentes especiales.
“Recuerdo que también se oscureció por un momento, tenia como 13 o 14 años, pero no nos dejaron verlo, también como viven en un rancho, los animales como las gallinas se subieron a los árboles y otros animales se guardaron y hasta que pasó e