A orillas del río Bravo, en los ranchos, balnearios y en los parques recién renovados de la ciudad, miles de familias neolaredenses se disfrutaron de la tradición del Domingo de Pascua, conocido en la región como "La Coneja", un día repleto de alegría, comida y momentos compartidos.
Con un clima perfecto y un sol radiante iluminando el cielo, los ciudadanos aprovecharon para reunirse con sus seres queridos y disfrutar de un día festivo al aire libre.
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Domingo de Pascua: 'La Coneja'
Desde temprano, los parques recién remoldelados como el Parque Viveros o el Parque Mendoza se convirtieron en escenarios de celebración, con toldos desplegados, asadores encendidos y huevos de Pascua adornados con confeti y harina.
Tanto adultos como niños participaron en las festividades, deleitándose con la deliciosa carne asada y las actividades recreativas.
A pesar de las advertencias sobre la presencia de un. par cocodrilos en el Laguito, algunas familias optaron por instalarse en las orillas, priorizando la convivencia familiar en un entorno natural.
Los neolaredenses, llegaron desde las primeras horas del día para asegurar los mejores lugares, desplegando sus sillas y mesas portátiles bajo la sombra de los árboles.
Esta celebración, arraigada año tras año, refleja la adopción de una costumbre estadounidense para fortalecer los lazos familiares en un día tan especial como el Domingo de Pascua.
Desde cortes de carne para asar hasta lonches, pizza, ensaladas y bebidas refrescantes, las calles se llenaron de aromas tentadores y risas contagiosas, mientras las familias compartían momentos únicos.
El Domingo de Pascua se vivió en Nuevo Laredo en distintos lugares, destacando la importancia de la convivencia familiar en una celebración que fortalece la comunidad.