Honor, disciplina y sacrificio, son tres palabras con las que se puede definir a un soldado, como el Teniente Médico Cirujano, Miguel Ángel Monroy Ramos, quien desde hace ocho años forma parte del Ejército Mexicano, y así como el resto de sus compañeros es parte fundamental de la institución más importante para la defensa del país.
“Ser parte del Ejército Mexicano es un gran honor; además que me permite fortalecer mis valores como persona y como militar, ayudando al mantenimiento de la paz, de la soberanía de una institución como lo es nuestro país”, expresó Monroy Ramos.
Así como él, hoy cientos de hombres y mujeres que luchan por salvaguardar la vida de otros a costa de la suya, son reconocidos en el marco de la celebración del 111 aniversario del Ejército Mexicano.
El Teniente, Monroy está adscrito a la Zona Militar número 8 a la que corresponde al Décimo Sexto Regimiento de Caballería Motorizado, ahí se encarga de la salud del personal militar, en la unidad médica.
A pesar de su corta edad, el teniente ha demostrado su amor y vocación por defender a su país, sin importar los sacrificios a los que se enfrentan, tanto él como sus compañeros, entre ellos permanecer lejos de casa, de la familia, por proteger y servir a la Nación.
“No me arrepiento de ser militar, al contrario, fortalezco mi deseo de seguir sirviendo a esta institución y mis valores”, resaltó.
El Ejército Mexicano, cumple este lunes 19 de febrero, 111 años de haberse formado, y es una ocasión para reconocer la labor de los soldados que han servido con lealtad, valor y sacrificio a la patria.
Su lema “Siempre leales”, es un claro ejemplo del papel que desempeñan en el desarrollo y estabilidad de México, tanto en la defensa nacional como la contribución que realizan en cuanto al apoyo humanitario y respuesta ante los desastres naturales.
Su fundación se remonta a 1913, durante la Revolución Mexicana y surgió como una respuesta al golpe de Estado perpetrado por el general Victoriano Huerta, quien derrocó al Presidente Francisco I. Madero. El entonces gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, convocó a la formación de un ejército que defendiera la legalidad y la democracia en el país.